Declaración Universal sobre el Genocidio Budista Tibetano
PREÁMBULO
Considerando la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas;
Ratificando la Declaración Universal de Derechos Espirituales, la Declaración Universal de Derechos Ecológicos, la Declaración Universal sobre el Derecho a la Paz Mundial, la Declaración Universal sobre los Derechos de los Pueblos Budistas y Comunidades Espirituales, la Declaración Universal sobre los Derechos de los Seres No-Humanos, la Declaración Universal sobre el Derecho a la Armonía Interreligiosa e Interespiritual, la Declaración Universal sobre la Responsabilidad para Salvar al mundo, la Declaración de Independencia de la United Buddhist Nations Organization, la Declaración Universal sobre el Budismo como Patrimonio Cultural de la humanidad, la Declaración Budista contra el Terrorismo y la Manipulación religiosa, y la Convención Budista de Derechos Humanos;
Descubriendo que el Budismo ha sido extinguido muchas veces en el pasado, como fue la destrucción cultural de miles de templos universitarios junto con múltiples genocidios y limpiezas étnicas contra los Pueblos Budistas, como sucedió en Bangladesh, Mongolia, URSS, Cambodia, India y China, entre otros;
Denunciando que en China han ocurrido múltiples casos de genocidios y limpiezas étnicas contra los Pueblos Budistas a los que se intentaba destruir física y culturalmente, tal y como ocurrió en Khotan, en el Pueblo Dzungar, en el Tíbet y en la Revolución Cultural de Mao Zedong;
Confirmando que los Pueblos Budistas y Comunidades Espirituales tienen la amenaza de ser banalizados, deteriorados o destruidos por las sociedades contemporáneas obsesionadas con el desarrollo materialista, lo cual constituye un empobrecimiento espiritual del patrimonio cultural de la humanidad;
Afirmando que el Pueblo Budista es fundamental para la Salvación y Evolución del mundo, exigiéndose entonces que sea protegido, pues su contemplación activa, su sabiduría compasiva, su ética humanitaria y su amor justo son la forma de evolución del ser humano;
Instando a la comunidad internacional a participar en la protección del Budismo como Evolución Cultural de la humanidad, debiéndose cumplir con los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Budistas y Comunidades Espirituales, especialmente brindando asistencia frente a los peligros que amenazan su bienestar y que pueden generar su extinción;
Creyendo que para proteger colectivamente al Pueblo Budista es indispensable la adopción de la presente Declaración Universal que reconoce la existencia del Genocidio Budista Tibetano y que busca que éste deje de suceder;
Solicitando la adopción de medidas para proteger la existencia y autodeterminación de los Pueblos Budistas Indígenas frente a Estados invasores criminales, especialmente protegiendo el derecho a la autonomía social y libertad espiritual del Pueblo Tibetano que ha sufrido actos de agresión y crímenes contra la paz, como la invasión, la ocupación militar, la dominación, la represión, el menosprecio, la destrucción y el exterminio, siendo el Genocidio Budista Tibetano perfectamente comparable con la magnitud que tuvo el Genocidio Armenio;
Brindando certeza de que la supuesta soberanía china sobre el Tíbet, que habría ocurrido en el pasado según la dictadura china y que fue utilizada como argumento para invadir al Tíbet, no es más que una mentira creada por el régimen chino imperialista y colonialista, pues en realidad los mongoles son los que en el pasado tuvieron poder en este país budista al ser patronos del Tíbet y también al crear la institución política de los Dalai Lama;
Estimando que el Lama Geshe Jampel Senge ha denunciado la política invasora y colonialista de genocidio y limpieza étnica que realiza la dictadura china con el fin de exterminar al Pueblo Budista Tibetano;
Declarando que historiadores contemporáneos como Chang y Halliday clarifican la cantidad de muertos producidas por el régimen chino de Mao Zedong en más de 70 millones de personas, de los cuales unos 45 millones aproximadamente murieron por la gran hambruna de 1959-1961 causada por sus políticas genocidas, lo cual fue reconocido por el propio Partido Comunista Chino en un informe de 1981 en el que se admitieron la muerte de 15 millones de personas, y también reconocido por el demógrafo chino Peng Xizhe que confirmó la muerte de 23 millones de personas, siendo una hambruna tan apocalíptica y demencial que incluso miles de familias chinas intercambiaron a sus hijos para comérselos;
Consolidando con pruebas históricas la afirmación de que el régimen comunista chino de Mao Zedong cometió el peor genocidio de la historia del mundo, incluso siendo mucho más mortífero y perverso que el Nazismo y que los Conquistadores de América;
Advirtiendo que la dictadura comunista china de Mao Zedong no sólo produjo múltiples genocidios en China y el Tíbet, sino que incluso ha apoyado y asistido en la realización del Genocidio Budista Camboyano liderado por el régimen maoísta de Pol Pot que exterminó a 2 millones de personas, destruyéndose miles de comunidades budistas y realizándose una limpieza étnica de decenas de miles de maestros budistas theravada;
Teniendo en cuenta que según los expertos Chang y Halliday durante la Revolución Cultural China se instauró un régimen de caos y purga de 3 millones de chinos, que según fuentes oficiales clasificadas fueron 2 millones de personas asesinadas y 125 millones torturadas, también realizándose una masacre y genocidio contra el Pueblo Budista Tibetano al secuestrar y exterminar específicamente a decenas de miles de líderes e intelectuales tibetanos, siendo un proceso definido por el erudito Alan Jones como un genocidio y eliticidio, lo cual ha sido borrado de la historia por la dictadura china que nunca asumió la responsabilidad ni tampoco pidió disculpas por las matanzas masivas a pesar de que en 1981 el propio Partido Comunista Chino admitió que Mao Zedong había cometido graves errores durante la Revolución Cultural;
Asegurando que del mismo modo que el historiador David Irving es negacionista del Holocausto, el funcionario chino Yan Hao consideró el Genocidio Budista Tibetano como un mito, al mismo tiempo que el pseudohistoriador Tom Grunfeld también es negacionista por realizar comentarios racistas, insultantes y difamatorios contra el Pueblo Budista Tibetano al caracterizarlo como barbárico, inhumano e incivilizado, desarrollando un trabajo académico deshonesto que es pro-chino y que mantiene silencio frente a las 45 millones de muertes producto de la gran hambruna china además de que ignora a los cientos de miles de muertos en los campos de concentración del Tíbet;
Enfatizando que la comunidad internacional ha ignorado durante décadas la existencia del Genocidio Budista Tibetano, por lo que es fundamental que los Estados, las Universidades, las organizaciones no-gubernamentales y las comunidades budistas reconozcan a este terrible genocidio, poniendo fin al Negacionismo chino y diciendo Nunca Más;
Reafirmando que incluso en 1960 la International Commission of Jurists ha encontrado que en el Tíbet se produjo un Genocidio liderado por el dictador Mao Zedong, fundamentando que se buscó erradicar sistemáticamente al grupo religioso del Budismo por medio de su prohibición y también por medio del asesinato de sus líderes, además de que se analizaron evidencias de trasferencia forzosa de 20 mil niños tibetanos a China para ser criados fuera de sus comunidades, muchos de los cuales sus familias nunca más supieron de ellos;
Subrayando que aunque en las décadas siguientes la situación se agravó y el genocidio continuó avanzando, ya en 1960 la International Commission of Jurists encontró que en el Tíbet se produjeron violaciones a los derechos humanos y las libertades fundamentales, violándose el derecho a la vida, el derecho a la libertad, el derecho a la seguridad, el derecho al trabajo, el derecho a la privacidad, el derecho a la familia, el derecho a la educación, el derecho al libre movimiento, el derecho al pensamiento libre, el derecho a la religión, el derecho a la libre asociación, el derecho a la expresión libre y el derecho a la participación democrática, todo lo cual viola al Pacto Internacional sobre Derechos Económicos Sociales y Culturales;
Persuadida de que en 1961 y 1965 la Asamblea General de la ONU resolvió que China estaba violando los derechos humanos y libertades fundamentales del Pueblo Tibetano, incluyendo el derecho a la autodeterminación, pues la dictadura china violó la vida religiosa y la identidad étnica de la cultura tibetana que está protegida por la Carta de la ONU y por la Declaración Universal de Derechos Humanos;
Estando atenta a que el Genocidio Budista Tibetano producido por la dictadura china entre 1949 a 1979 ha causado según fuentes budistas la muerte de 1.2 millones de tibetanos (20% de la población), lo cual reúne 421 mil tibetanos muertos por torturas brutales y ejecuciones masivas, 342 mil tibetanos muertos por hambruna forzosa, y más de 432 mil tibetanos que murieron bajo bombardeos y ataques militares chinos;
Constatando que el historiador Margolin ha confirmado que el número de muertes producidas en Tíbet amerita considerarlas como masacres genocidas, al mismo tiempo que el experto en genocidios Adam Jones ha denunciado que el régimen comunista chino realizó torturas masivas de tibetanos e incluso más de 90 mil ejecuciones;
Respetando los derechos de las mujeres tibetanas y denunciando que se las ha sometido a abusos graves de sus derechos humanos y a actos genocidas, como miles de abusos sexuales, millones de casos de torturas y miles de casos de abortos forzosos y esterilizaciones masivas, siendo esto último condenado por el Parlamento Europeo como un proceso de destrucción de la identidad tibetana, lo cual equivale a una limpieza étnica y genocidio;
Evocando a la Declaración de Ottawa del Sixth World Parliamentarians Convention on Tibet, la cual ha confirmado que las prácticas y políticas de la dictadura china que atacan al Budismo Tibetano buscan reprimir la preservación y desarrollo de la identidad del Pueblo Tibetano, destruyendo su cultura, lenguaje, costumbres, modo de vida y tradiciones, lo cual constituye un ataque sistemático que es definido como un genocidio cultural;
Tomando consciencia que la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio protege al grupo nacional tibetano y al grupo religioso budista, considerándose que todo acto que busque destruir en parte o totalmente a estos grupos constituye un acto de genocidio, como asesinar a los miembros del grupo, causarles serios daños físicos o mentales, imponer medidas que prevengan nacimientos, y trasferir niños fuera del grupo, todo lo cual ha sucedido en el Tíbet;
Mostrando que la dictadura china ha violado sistemáticamente tratados internacionales vinculantes que ha firmado, como la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, y la Convención contra la tortura y otros tratos y castigos crueles e inhumanos o degradantes;
Demostrando que el Comité contra la Tortura de la ONU observó que fuentes jurídicas chinas corroboraron el uso cotidiano, impune, sistemático y generalizado de la tortura y el maltrato por parte de la policía china como mecanismo de extracción de información, tal y como les ha sucedido a Lama Tenzin Namgyal, Lama Kelsang Tsundue y Lama Dorjee Rinchen, lo cual está prohibido por el Derecho Internacional ya que se trata de un crimen contra la humanidad;
Destacando que las cortes españolas emitieron una orden de arresto en la INTERPOL contra el Presidente Hu Jintao y otros altos funcionarios de China por haber participado del Genocidio Budista Tibetano, ya que reprimieron militarmente a la población civil tibetana por medio de cientos de asesinatos, cientos de desapariciones forzosas y miles de detenciones arbitrarias, todo lo cual constituyen también Crímenes contra la humanidad;
Rememorando que mientras existió libremente un régimen de jurisdicción universal en España, las cortes de este país decidieron investigar y juzgar al régimen de China por cometer genocidio y crímenes contra la humanidad en el Tíbet, por lo que se permitió que el Lama budista tibetano Thubten Wangchen lleve a juicio al expresidente Jiang Zemin y otros seis antiguos líderes chinos por la muerte de alrededor de 1 millón de tibetanos, todo lo cual fue frenado impunemente debido a las presiones económicas de la dictadura china sobre los corruptos políticos españoles para que cambien la propia Ley Española y así reine la impunidad ante estos crímenes internacionales;
Atendiendo a que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos manifestó que la discriminación y el incumplimiento de los derechos de las minorías por parte de China ha causado protestas de monjes budistas tibetanos en las cuales recientemente muchos se autosacrificaron en un supremo acto de protesta por el genocidio budista que vive el Tíbet, prendiéndose fuego para criticar la represión política, la asimilación cultural, la discriminación social, la marginalización económica y la destrucción ambiental, como fueron los casos de los Lamas Budistas Wangchen Dolma, Sangye Dolma, Tenzin Choedon, Palden Choetso, Tenzin Wangmo, Lobsang Phuntsok, Tsewang Norbu, Lobsang Konchok, Lobsang Kelsang, Kelsang Wangchuk, Dawa Tsering, Tenzin Phuntsok, Lobsang Jamyang, Rigzin Dorje, Lobsang Gyatso, Dhamchoe Sangpo, Tenzin Khedup, Tamding Kyab, Lobsang Gendun, Kunchok Phelgye y Kalsang Yeshi, todos los cuales autosacrificaron sus vidas por el bien de la Civilización Budista Tibetana;
Alertando que el régimen dictatorial chino ha afrontado agresivamente las protestas de autosacrificios de Lamas Tibetanos, declarando a muchos líderes budistas como terroristas e incluso falsamente acusándolos de homicidio;
Invitando a la dictadura china a que inmediatamente deje de reprimir las protestas pacíficas realizadas por monjes budistas tibetanos, y que deje de disparar contra actividades budistas, como fue el caso del Lama Tashi Sonam que sufrió un disparo en la cabeza por parte del Ejército Chino únicamente por participar de un rito espiritual en una montaña sagrada en la que se festejaba el nacimiento del Dalai Lama;
Mostrando consternación por el hecho de que la totalidad de Lamas Budistas Tibetanos han sufrido desplazamiento forzoso, detención arbitraria, tortura, homicidio o desaparición forzosa durante décadas y con total impunidad por parte del régimen dictatorial chino, como fueron los casos del Lama Jigme Gyatso torturado y encarcelado inhumanamente por el delito ficticio de actividades contrarrevolucionarias, el caso de Lama Palden Gyatso detenido y torturado durante tres décadas, el caso de Lama Jamyang Jinpa torturado y asesinado, el caso de Lama Ganden Tashi (Lhundrup Kelden) torturado hasta quedar paralítico, el caso del Lama Ngawang Jamyang y Lama Jampel Thinley torturados hasta morir, el caso del desaparecido Lama Tsering Gyaltsen, y el caso del secuestro del Panchen Lama Gedun Choekyi Nyima;
Reconociendo que el régimen chino ha detenido arbitrariamente a miles de monjes budistas que son prisioneros políticos en el Tíbet, incluido el previo Panchen Lama durante casi dos décadas, realizándoles masivamente torturas y tratos inhumanos, todo lo cual constituyen crímenes contra la humanidad;
Especificando que el previo Panchen Lama fue detenido por el régimen de Mao Zedong tras haber denunciado la hambruna genocida que para 1962 había matado a todos los prisioneros de los campos de concentración (aproximadamente la mitad de la población masculina adulta del Tíbet), y también tras criticar las políticas de intolerancia religiosa que estaban destruyendo a miles de monasterios universitarios budistas, todo lo cual conducía a la extinción de la identidad tibetana, pues en dichos miles de monasterios se albergaban no sólo millones de textos budistas sino también una enorme cantidad de patrimonio cultural sobre literatura, medicina, arte, política y astronomía tibetanas, además de que también existían millones de estatuas budistas con miles de toneladas de oro y plata, todo lo cual fue destruido y saqueado impunemente por la dictadura china que entre 1949-1970 destruyó completamente el patrimonio cultural que la Civilización Budista Tibetana-Mongol había tardado 1300 años en construir;
Notando que el previo Panchen Lama, inicialmente aliado a la dictadura china, expresó en 1962 ante el Comité Central del Partido Comunista que según sus cálculos habían unos 110 mil Lamas Budistas en la región del TAR, los cuales fueron reducidos a tan sólo 7 mil, lo cual representa un 93% de exterminio, y que en tan sólo 4 años se había detenido al 10% de la población del TAR, al mismo tiempo que en dicha fecha quedaban 70 monasterios budistas de los 2500 que existieron en la región del TAR, siendo una revelación que causó que Panchen Lama sea arrestado arbitrariamente, torturado y humillado públicamente durante varios años.
Consciente de que después de la invasión genocida entre 1956 y 1976 la dictadura china destruyó 6.250 monasterios universitarios Budistas en el Tíbet, dejando en pie únicamente 8 monasterios, pues se buscaba destruir a estos centros de educación universitaria y espiritual que además funcionaban como centros políticos, culturales, financieros y jurídicos, por lo que el Partido Comunista siempre les tuvo miedo y decidió reprimirlos y destruir millones de Escrituras sagradas, un 60% de todos los libros budistas, aniquilando los milenarios saberes filosóficos y científicos de toda la antigua Civilización Budista Tibetana, lo cual constituye una violación al patrimonio cultural de la humanidad según las declaraciones de la UNESCO además de que también constituye un crimen de guerra según el Estatuto del International Criminal Court (ICC);
Vigilando que a partir de 1956 el régimen dictatorial chino de Mao Zedong bombardeó miles de monasterios universitarios budistas con la asistencia de la fuerza aérea soviética, como los monasterios Serta, Dalak Tengchen, Tekhor Tanko, Ba Chhoti, Markham Lo, Ganden Thubchen Choekhorling, Changtreng Sampheling y Lithang, muchas veces destruyendo los monasterios con hasta 3 mil Lamas Budistas adentro, además de que dentro de los pocos monasterios que la dictadura china dejó en pie ha colocado imágenes del genocida Mao Zedong junto con imágenes de Gautama, considerando a Mao como un Buddha viviente y a sus ideas como una nueva religión, lo cual representa una blasfemia sin precedentes contra el Budismo debido a que equivale a colocar forzosamente imágenes de Adolf Hitler para su veneración dentro de sinagogas judías;
Exhortando a la dictadura china a que cumpla la propia Constitución de China, la cual reconoce derechos humanos básicos, como el derecho a la libertad religiosa y el derecho a la autodeterminación;
Recomendando el reporte de la International Commission of Jurists en el que se valida jurídicamente al Tíbet como un Estado independiente y simultáneamente se confirma que China violó el tratado bilateral entre ambos países;
Esperando que el Pueblo Budista Tibetano logre el Bienestar, la Liberación y la Autodeterminación en todos los niveles de la vida, como el político, el económico, el cultural y el ambiental;
Observando que China ha cometido Ecocidio en el Tíbet, pues no sólo ha deforestado, extinguido la fauna, desertificado y también devastado los recursos naturales, debido a que éste es uno de los países más ricos del mundo en minerales, sino que incluso utiliza al Tíbet como zona donde se tiran desechos nucleares, lo cual implica un peligro para la salud ambiental de millones de seres humanos;
Alentando a la dictadura china a que promueva un sistema de democracia en el Tíbet y que incluso acepte las resoluciones y declaraciones del World Parliamentarians Conference on Tibet que reconocen al Gobierno Tibetano en el Exilio como el legítimo representante del Pueblo Tibetano;
Apoyando la Resistencia pacífica del Pueblo Budista Tibetano contra el sistema totalitario chino, simultáneamente criticando todo intento de lograr la Independencia o Autodeterminación a través de medios violentos auspiciados por la CIA;
Convencida de que el actual régimen dictatorial chino está cometiendo un genocidio cultural en el Tíbet, tal y como lo afirma la International Campaign for Tíbet, pues su sistema de discriminación étnica y represión estatal restringe sistemática y generalizadamente la Espiritualidad y el idioma tibetanos, buscando la destrucción de esta cultura antigua por medio de la represión y la asimilación forzosa;
Recordando que el régimen autoritario chino de Xi Jinping también está realizando un genocidio cultural en Mongolia Interior, imponiendo forzosamente el aprendizaje del idioma mandarín por encima del idioma local mongol, lo cual implica poner una política étnica monocultural que considera que la autonomía de minorías étnicas produce movimientos separatistas;
Aprendiendo que la opresión y persecución realizada por el régimen comunista chino contra grupos étnicos o religiosos no sólo se ha focalizado contra el Pueblo Budista Tibetano-Mongol, sino también contra los Budistas Falun Gong y contra los Musulmanes Uigures;
Reiterando que el régimen chino utiliza campos de concentración de forma sistemática y generalizada, lo cual es una política criminal realizada por Mao Zedong en el Genocidio Budista Tibetano del siglo XX y también realizado por Xi Jinping durante el Genocidio Islámico Uigur en el siglo XXI, además de que este último dictador recientemente ha decidido volver a implementar en el Tíbet esta política genocida y esclavista que busca eliminar efectivamente a los perezosos, lo cual es considerado por el investigador Adrian Zenz como un ataque que busca destruir al estilo de vida tibetano;
Admitiendo que la dictadura china de Xi Jinping no sólo persigue a Budistas Tibetanos, Budistas Mongoles, Budistas Falun Gong y Musulmanes Uigures, sino que incluso ha efectuado una represión feroz y sistemática contra Cristianos Católicos que ha incluido en algunos casos la detención arbitraria y la prohibición de actividad religiosa a miles de católicos, mientras que en otros casos incluso significó el secuestro y la desaparición forzosa de sacerdotes, como es el caso de Su Zhimin y Shi Enxiang, todo lo cual son actos genocidas y crímenes contra la humanidad según el Derecho Internacional;
Percibiendo que el régimen chino ha empleado un sistema de tortura y lavado de cerebro contra millones de personas de minorías étnicas y religiosas, como los Budistas Tibetanos, los Budistas Falun Gong, los Musulmanes Uigures y los Cristianos Católicos, secuestrándolos, sometiéndolos y lavándoles el cerebro en campos de concentración bajo amenaza de muerte;
Apreciando que los principios éticos del Budismo son esenciales para la evolución de un mundo pacifico;
Proclamando solemnemente la presente Declaración Universal sobre el Genocidio Budista Tibetano (1951-2021) con el Propósito de salvaguardar al Budismo, proteger el patrimonio cultural material e inmaterial, y lograr la cooperación en el plano internacional para la Independencia del Pueblo Budista, difundiéndola para la aceptación de los Estados y la adhesión de Pueblos Budistas y Comunidades Espirituales.
PARTE I: GENOCIDIO BUDISTA TIBETANO
Artículo 1 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual entre 1949 a 1976 el régimen de Mao Zedong destruyó a 200 mil templos o comunidades budistas (sanghas) de toda China, instaurando un culto a su personalidad a pesar de que este líder genocida destruyó a la sociedad china al sumergirla en un infierno de locura que produjo la tortura y asesinato de 27 millones de personas en campos de concentración.
Artículo 2 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el régimen comunista de Mao Zedong abandonó y combatió a las ideas de Confucio como guía de la civilización china, dado el aprecio que este pensador brindaba al legado de las generaciones pasadas, por lo que entonces Mao prefirió valorar al Emperador Yingzheng quien hace miles de años fue famoso por incendiar libros y sepultar académicos, desarrollando una visión autoritaria que unía a China por medio de la violencia de Estado.
Artículo 3 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china de Mao Zedong intentó extinguir todo el patrimonio cultural de 6 mil años de civilización china, pues la Revolución Cultural Maoísta destruyó en Beijing unos 4900 monumentos históricos, 2.357.ooo libros milenarios y 185 mil pinturas, quemándose y vandalizándose toda una cultura antigua, al mismo tiempo que se persiguió y asesinó a la mayoría de los artistas, pensadores académicos y líderes religiosos de China.
Artículo 4 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china realizó una Revolución Cultural sangrienta en el Tíbet que buscó la eliminación completa del Budismo, pues Mao buscaba destruir las ideas viejas, la cultura vieja, los hábitos viejos y las costumbres viejas, por lo que se destruyeron miles de escuelas budistas, se prohibió el idioma tibetano, se enviaron miles de intelectuales a campos de concentración, se torturaron millones de personas para que olviden su pasado histórico, se quemaron millones de Sutras Budistas sagrados que incluso muchas veces fueron utilizados por los oficiales chinos como papel higiénico o fertilizante.
Artículo 5 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el régimen comunista chino de Mao Zedong, por su esencia totalitaria y autoritaria, ejecutó a miles de tibetanos, matándolos a golpes, crucificándolos, quemándolos, mutilándolos, ahorcándolos, enterrándolos vivo y decapitándolos, todo lo cual no es difícil de creer en tanto que la misma dictadura china durante la Revolución Cultural alentó una masacre caníbal masiva en Guangxi contra 400 personas de su propia población china.
Artículo 6 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china asesinó a 1.2 millones de tibetanos, según datos del gobierno tibetano en exilio y también según el Congreso Norteamericano, produciendo que de más de 592 mil Lamas Tibetanos y practicantes budistas tántricos que había en el Tíbet sean torturados y asesinados más de 110 mil entre los años 1951 y 1979, expulsando forzosamente del Budismo a otros 250 mil, y generando la huida de 145 mil refugiados tibetanos a otros países limítrofes, lo cual produjo que quedaran tan sólo 1 mil Lamas Budistas en el año 1978.
Artículo 7 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china realizó sistemáticamente un Negacionismo que cuestiona la cifra de muertos tibetanos y brinda números mucho menores, lo cual se debe principalmente a que China reconoce como Tíbet únicamente a la región del TAR compuesta por dos millones de tibetanos, que es sólo 1 provincia de las 3 provincias que históricamente componen a la zona del Gran Tíbet, por lo que deliberadamente omitieron a la población tibetana de las otras dos provincias (Kham y Amdo, o Sikang y Qinghai) que es de cuatro millones, decidiendo entonces desconocer y burlarse de que la población total de budistas tibetanos sea de 6 millones para afirmar entonces que es realmente de 2 millones y que esto es prueba de que el gobierno tibetano en el exilio no conoce ni siquiera la cantidad de tibetanos existentes.
Artículo 8 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el académico French cuestionó la cifra de 1.2 millones de muertos tibetanos, afirmando que fueron más bien unos 500 mil muertos, aunque para llegar a esta conclusión únicamente utilizó los censos chinos sobre la región del TAR y no los censos sobre la totalidad del Gran Tíbet, los cuales arrojan obviamente una cifra mucho mayor.
Artículo 9 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el régimen dictatorial chino ha negado las masacres e incluso ha acusado a las víctimas tibetanas de destruir sus propios templos budistas, acusándolos de ser conspiradores y estar trabajando con otros países en la difusión de información falsa, lo cual es un recurso negacionista que hacen todos los gobiernos genocidas para encubrir sus crímenes.
Artículo 10 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china afirmó que la invasión militar al Tíbet fue realmente una Liberación del pueblo tibetano, cuando más bien se trató de la destrucción de las dimensiones políticas, económicas, culturales y ambientales de la antigua Civilización Budista Tibetana.
Artículo 11 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se han detenido a cientos de miles de personas de forma totalmente ilegal, mayormente a monjes budistas, mujeres y niños desarmados, encarcelándolos por supuestas actividades contrarrevolucionarias, torturándolos sin respetar sus derechos humanos más básicos, lo cual constituye un enorme acto de cobardía de la dictadura china que decide combatir a civiles pacíficos y desarmados en lugar de combatir a ejércitos de otros países.
Artículo 12 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual Amnesty International ha confirmado que la mayoría de los presos políticos del Tíbet son cientos de Lamas Budistas sometidos a arrestos arbitrarios, tortura generalizada, tratamiento inhumano y detenciones prolongadas.
Artículo 13 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se ha prohibido el derecho a la autodeterminación y protesta pacífica de los tibetanos, disparando y asesinando a mujeres y niños que expresan ideas a favor de la Liberación, como sucedió con la monja Phuntsog Yangki golpeada hasta morir por cantar canciones independentistas, además de que se encarcelan a quienes transmiten mensajes o declaraciones sobre derechos humanos, incluso luego persiguiendo a sus familias.
Artículo 14 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual sólo en el año 2008 hubo más de 340 protestas de tibetanos, todas las cuales fueron brutalmente reprimidas por parte de la dictadura china, dejando aproximadamente más de 220 muertos y unas 6800 detenciones arbitrarias.
Artículo 15 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se han autosacrificado cientos de monjes budistas en actos de protesta y solidaridad, como fue el caso del héroe tántrico Sonam Wangyal Sopa Rinpoche (Sobha Tulku), aunque produciendo un mayor grado de persecución y represión estatal, pues la dictadura china posteriormente discriminó y persiguió a las familias de aquellos que se autosacrifican por la Liberación del Tíbet.
Artículo 16 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en mayo de 1988 más de 30 Lamas Budistas fueron golpeados hasta la muerte dentro el Templo Jokhang por parte de la dictadura china, al mismo tiempo que se arrestó, torturó y asesinó en cárceles a otros 20 Lamas Budistas del mismo monasterio.
Artículo 17 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se ha obligado a miles de Lamas Budistas a que rechacen el liderazgo del Dalai Lama Tenzin Gyatso, pues aquellos que no lo hacen son sometidos a encarcelamientos, torturas genocidas y expulsiones forzosas, en tanto que la dictadura china acusa al Dalai Lama de serun terrorista, un demonio con cara humana y un nazi que busca la limpieza étnica de los chinos, por lo que tener lealtad al Dalai Lama o incluso tener una foto de él es considerado un acto de traición al Estado Chino.
Artículo 18 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se han detenido y condenado a prisión a profesores tibetanos únicamente por poseer literatura sobre el Dalai Lama, como es el caso de Gyaye Phuntsog, además de que en 1996 los monjes Dhamchoe Gyatso, Jigme Tendar y Dhamchoe Kalden del monasterio Kumbum han sufrido detención arbitraria y desaparición forzosa por haber publicado una revista considerada como contrarrevolucionaria por parte de la dictadura china.
Artículo 19 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha prohibido las enseñanzas de Gautama Buddha, haciendo que el patrimonio cultural del Pueblo Budista Tibetano esté al borde de la extinción al impedir la transmisión espiritual libre entre maestro y aprendiz que es fundamental en los linajes budistas, pues se arresta, tortura, expulsa forzosamente e incluso se asesina a los maestros espirituales que enseñan Budismo sin autorización gubernamental, tal y como sucedió con el arresto y asesinato de Khenpo Jigme Phutsok.
Artículo 20 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha asesinado a golpes a miles de Lamas Budistas, incluso a Lamas que apoyaron al sistema comunista chino, como fue el caso de Geshe Sherab Gyatso.
Artículo 21 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha restringido sistemáticamente las actividades espirituales budistas de los tibetanos, lo cual constituye un Genocidio Cultural, incluso emitiéndose en 2007 una orden gubernamental de la Administración Estatal China de Asuntos Religiosos en la que se establece que la dictadura china será la encargada de confirmar las reencarnaciones de los Buddhas Vivientes en el Budismo Tibetano, por lo que aquellos que no tienen la aprobación gubernamental china son declarados como Buddhas ilegales o ilegítimos y expulsados forzosamente de los monasterios, incluso estableciendo que los más importantes maestros budistas tibetanos también deben someterse a un plan de entrenamiento patriótico gubernamental o lavado de cerebro, por lo que se tortura y humilla públicamente a aquellos que se resisten, muchas veces asesinándolos, por lo que en realidad la dictadura china busca controlar totalmente al Budismo Tibetano y destruir su influencia liberadora sobre la sociedad tibetana por medio de la usurpación estatal de la autoridad espiritual de los maestros budistas iluminados.
Artículo 22 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual las fuerzas de seguridad chinas se han establecido dentro de los monasterios budistas, grabando con cámaras de seguridad cada movimiento y palabra de los Lamas Budistas para intimidar cualquier disenso, deteniendo arbitrariamente a los líderes espirituales para realizar lavado de cerebro, desacreditando a los maestros budistas con discurso de odio y difamaciones, controlando el proceso de admisión de los Lamas Budistas, forzando a miles de Lamas a casarse, restringiendo la cantidad de Lamas y sus funciones internas en los monasterios, prohibiendo ciertos encuentros ceremoniales, bloqueando la distribución de literatura budista e incluso prohibiendo la práctica del Budismo fuera de los monasterios, lo cual constituye un conjunto de prácticas estatales que violan el derecho del Pueblo Tibetano a practicar libremente su Espiritualidad y vida cultural.
Artículo 23 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1955 la dictadura china ordenó casarse a Lamas Budistas de la región de Amdo, enviando a prisión e incluso crucificando a 12 Lamas que se rehusaron a aceptar dichas órdenes.
Artículo 24 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1997 la dictadura china defendió su campaña de lavado de cerebro, e incluso admitió que esta rectificación o reeducación forzosa fue realizada sobre 46 mil Lamas Budistas.
Artículo 25 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china acuchilló al Lama Gumi Tensing por rehusarse a predicar contra la Espiritualidad Budista.
Artículo 26 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) ha comprobado que los Lamas Budistas Tibetanos son víctimas de arrestos arbitrarios, desapariciones forzosas y tratamiento inhumano por parte de la dictadura china, pues China busca sistemáticamente adoctrinar o socavar la práctica del Budismo Tibetano y reemplazar la lealtad hacia el Dalai Lama por la obediencia hacia el Partido Comunista.
Artículo 27 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el sistema de propaganda de la dictadura china ha acusado ridículamente a los líderes budistas tibetanos de haber implementado prácticas de sacrificios humanos durante el reinado de los Dalai Lama.
Artículo 28 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual Zhang Qingli, antiguo encargado chino sobre el área del Tíbet, manifestó que el Comité Central del Partido Comunista es el Buddha real para los tibetanos, motivo por el cual el control gubernamental sobre el Budismo Tibetano implica obligar a los Lamas Tibetanos a denunciar al Dalai Lama y declarar amor hacia China y el socialismo.
Artículo 29 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 2011 la dictadura china realizó asedios militares contra los monasterios Kirti y Drepung, que son de las más importantes instituciones educativas espirituales del Tíbet, bloqueando herméticamente el acceso a comida y agua de miles de Lamas Budistas por varios días hasta llevarlos a la inanición, secuestrando a 300 monjes para imponerles lavado de cerebro o reeducación genocida, e incluso haciendo desaparecer forzosamente a cientos de Lamas.
Artículo 30 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china realizó invitaciones a importantes Lamas Budistas para que atiendan a eventos culturales y luego los hizo desaparecer forzosamente, como fueron los casos de Sharkelden Gyatso, Konchok Lhundup y Lama Pandita Shi Chen, lo cual fue una táctica que intentó ser llevada a cabo con el Dalai Lama y que motivó su huída del Tíbet en 1959.
Artículo 31 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china se involucró en una persecución estatal contra la religión, criminalizando prácticas espirituales budistas y expresiones pacíficas a favor del Dalai Lama, controlando los monasterios tibetanos por medio de la imposición de comités administrativos internos, controlando la admisión y entrenamiento de los monjes budistas para imponer adoctrinamiento, bloqueando la realización de ceremonias, y realizando expulsiones masivas de monjes budistas tal y como sucedió con 1200 Lamas de Drepung y Sera en el año 2008, e incluso restringiendo la publicación y distribución de textos espirituales budistas.
Artículo 32 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china realizó la Revolución Cultural de Mao Zedong en la que no sólo se prohibió la religión, se destruyeron los monasterios y se asesinaron a los líderes espirituales que se resistían, sino que también se destruyó completamente el sistema legal chino, el cual nunca más pudo reconstruirse adecuadamente, pues el Partido Comunista no respeta la profesión legal ni el Estado de Derecho, vulnerando el derecho a la defensa y al debido proceso en casi todos los casos que son presentados ante la justicia, incluso realizando violaciones a los abogados de derechos humanos, espiándolos, amenazándolos, removiendo su licencia legal profesional, cerrando sus oficinas, secuestrándolos, torturándolos e incluso algunas veces sometiéndolos a desapariciones forzosas.
Artículo 33 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el maestro budista tibetano Paljor Norbu de 84 años y dedicado a la publicación de textos budistas fue arrestado por incitar separatismo y sentenciado a siete años de prisión, al mismo tiempo que el Maestro Tenzin Delek Rinpoche y Lobsang Dhondup fueron sentenciados a muerte por incitar separatismo y causar explosiones, todo lo cual se debe a que la dictadura china prohíbe y castiga que los tibetanos expresen su deseo de seguir siendo tibetanos y no-chinos o que quieran preservar su antigua Civilización Budista y no ser parte del modelo de civilización china.
Artículo 34 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura comunista china ha sentenciado a numerosos Lamas Budistas por supuestas actividades separatistas y transmisión de secretos de Estado, como ocurrió en los casos de Jampel Changchub sentenciado a 19 años, Tenpa Wangdrak sentenciado a 14 años, y Ngawang Gyaltsen sentenciado a 17 años.
Artículo 35 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura comunista china ha traicionado a la filosofía política del Marxismo y Leninismo que supuestamente guían al Partido Comunista Chino, pues el Socialismo reconoce los derechos a la autodeterminación política e independencia de las naciones, lo cual es evidente no sólo en la visión de Engels en que la población de áreas en disputa debe decidir su propio destino, sino también siendo muy claro por la visión de Lenin al criticar como hipócritas a aquellos que niegan el derecho a la autodeterminación y acusan a las personas de promover el separatismo, lo cual significa apoyar los privilegios de la nación dominante en detrimento de la democracia y traicionar al Socialismo.
Artículo 36 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha prohibido que los budistas tibetanos tengan contacto con instituciones budistas fuera de China, lo cual obviamente significa la prohibición de involucrarse con los líderes de los cuatro linajes de Budismo Tibetano que viven en el exilio, considerando a este tipo de actividades como de espionaje o revelación de secretos de Estado.
Artículo 37 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1999 la dictadura china ha arrestado a Bangri Rinpoche y Nyima Choedrom, fundadores de un orfanato en Lhasa, sentenciándolos a 15 y 10 años de prisión respectivamente por los cargos de espionaje y actividades contra la seguridad nacional.
Artículo 38 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha declarado ilegal que los niños entren dentro de la vida monástica tibetana, por lo que destruye una tradición milenaria del Budismo Tibetano, al mismo tiempo que la dictadura china enseña a los niños del país que el Budismo Tibetano es una práctica retrógrada y un obstáculo al progreso.
Artículo 39 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual los derechos de los niños tibetanos han sido violados por la dictadura china, quebrando la Convención de la ONU sobre los Derechos de los Niños de la que China es miembro, pues de forma sistemática los niños tibetanos son arrestados arbitrariamente por ejercer su libertad de expresión y por participar en protestas pacíficas, tal y como lo han confirmado Human Rights Watch y Amnesty International, siendo enviados a prisiones de adultos sin ningún juicio, sometiéndolos a trabajo forzoso y torturas por sus creencias espirituales y visiones políticas, e incluso abusándolos sexualmente y tratándolos inhumanamente.
Artículo 40 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha arrestado a niños, privándolos de defensa legal, torturándolos y sentenciándolos a varios años de prisión por separatismo, como fue el caso de Jigme Dolma.
Artículo 41 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha detenido arbitrariamente a monjes budistas de edad infantil, como fueron los casos de Migmar Tsering senteciado a siete años, el caso de Sonam Choepel sentenciado a 2 años, el caso de Phurbu Tashi sentenciado a 5 años, el caso de Jampel Dorje sentenciado a 9 años, muchas veces prohibiendo que tengan defensa legal y haciéndolos desaparecer forzosamente como sucedió en el caso de Lobsang Jangchub y Lobsang Tsultrim.
Artículo 42 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china secuestró e hizo desaparecer forzosamente al Verdadero Panchen Lama Gedun Choekyi Nyima cuando era tan sólo un niño, lo cual es un hecho del que es totalmente cómplice el Falso Panchen Lama Chökyi Gyalpo (Gyaltsen Norbu).
Artículo 43 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual Amnesty International ha confirmado que 1/3 de los prisioneros políticos del Tíbet son mujeres y niños.
Artículo 44 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se ha torturado a miles de monjas tibetanas, como Lama Wanchen, Lama Lobsang Choedong, Lama Ngawang Kyizom y Lama Tenzin Choekyi, sometiéndolas a golpizas, maltratos, humillaciones, coerciones, privaciones de alimento y sueño, ejecuciones de mentira y tratos inhumanos, además de que se ha abusado y torturado sexualmente de muchas otras miles de mujeres, incluso cruelmente realizándoles penetraciones en la vagina y el ano por medio de picanas eléctricas, todo lo cual les ha causado severos traumas físicos y psíquicos, constituyendo aberrantes violaciones a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
Artículo 45 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha arrestado a monjas budistas tibetanas por participar en protestas pacíficas, torturándolas en prisión hasta morir, como sucedió con el caso de Phutsog Yangkyi de 20 años, Gyaltsen Kalsang, y Sherab Ngawang de 15 años.
Artículo 46 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se han efectuado abortos forzosos y 20 mil esterilizaciones a mujeres tibetanas, lo cual se enmarca dentro de una política nacional china de Generocidio o Genocidio de mujeres, pues la dictadura comunista ha efectuado más de 400 millones de abortos forzosos en toda China, mayormente sobre casos de bebés mujeres, además de que este régimen dictatorial miles de veces ha asesinado a los bebés recién nacidos que sobreviven a estos procedimientos quirúrgicos, siendo una política genocida y diabólica de Infanticidio nunca antes vista en la historia de la humanidad dado que es mucho peor que los crímenes del Nazismo.
Artículo 47 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha llevado a cabo un control de natalidad genocida, considerando a las minorías étnicas como racialmente inferiores y con altos niveles de retardados mentales, por lo que en 1988 creó un plan eugenésico para mejorar la calidad poblacional, tal y como lo documenta la organización Free Tíbet.
Artículo 48 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha caracterizado al Pueblo Tibetano como subversivo, medieval, primitivo y discapacitado, deshumanizándolo para así justificar la invasión genocida como medio para supuestamente desarrollar a la sociedad budista tibetana, todo lo cual se asemeja a las ideas nazis contra los judíos.
Artículo 49 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha convertido al Tíbet en un inmenso campo de concentración, pues no sólo se somete al Pueblo Budista Tibetano a detenciones arbitrarias, torturas, abusos sexuales y asesinatos con total impunidad, sino que incluso se les prohíbe salir del Tíbet, bloqueando además que organizaciones humanitarias como el International Committee of the Red Cross entren dentro del Tíbet a investigar violaciones a los derechos humanos, como las torturas sistemáticas realizadas dentro de las prisiones contra los Lamas Budistas.
Artículo 50 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la organización Physicians for Human Rights concluyó que la dictadura china utiliza regularmente la tortura como medio de intimidación, castigo y represión política, al mismo tiempo que el Comité de la ONU contra la Tortura concluyó que la dictadura china utiliza la tortura de forma sistemática y generalizada tanto en el Tíbet como en el resto de China.
Artículo 51 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china implementó un sistema de lavado de cerebro denominado reeducación a través del trabajo forzoso (laojiao) y que está compuesto por millones de campos de concentración a través de todo el territorio de China, siendo caracterizado por Manfred Nowak Reportero de la ONU sobre la Tortura como una forma sistemática de trato inhumano, degradante y tortura que busca quebrar la voluntad de los detenidos y alterar su personalidad, integridad, dignidad y humanidad por medio de la intimidación, censura y cultura del miedo, por lo que en 2008 el Comité de la ONU contra la Tortura concluyó que se debe abolir inmediatamente la reeducación a través del trabajo forzoso.
Artículo 52 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el sistema genocida de lavado de cerebro y reeducación a través del trabajo forzoso o esclavitud se desarrolló como un método de castigo colectivo, sometiendo a los detenidos a hambruna, falta de tratamiento médico y ausencia de contacto con el mundo exterior, lo cual viola a la Convención contra el Trabajo Forzoso, equiparándose a la crueldad de los campos de concentración del Nazismo y de la Unión Soviética, siendo esta comparativa algo perceptible en los hechos del año 1959 en el campo de concentración de la Prisión Drapchi donde la dictadura china detuvo a 2000 monjes budistas y produjo la muerte de 1400 por hambruna forzosa.
Artículo 53 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en los varios campos de concentración de Jang Tsalakha se obligó a miles prisioneros a trabajar como esclavos en minería y construcciones hidroeléctricas, generando que decenas de prisioneros mueran de hambre o tortura cada día, y que varios cuerpos sean incinerados o tirados al río cada día.
Artículo 54 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china asesinó a cientos de tibetanos de Golok y tiró sus cuerpos dentro de una gran fosa, obligando a los familiares de los fallecidos a ir a celebrar y bailar sobre esta gran tumba colectiva, aunque luego el ejército chino genocida decidió asesinar masivamente a dichos familiares en el mismo lugar, siendo un episodio perverso que demuestra el oscuro motivo por el cual entre 1956 y 1963 la población de Golok se redujo en más de la mitad.
Artículo 55 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la mayor parte de los expertos en Estudios sobre Genocidio han mantenido silencio acerca de las decenas de millones de muertes cometidas por el régimen genocida chino, el cual de hecho efectuó el peor genocidio en la historia de la humanidad a pesar de que el ámbito académico internacional decide no hablar sobre este asunto debido al enorme poder político y económico de China.
Artículo 56 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china buscó la desaparición de toda la Civilización Budista Tibetana, violando la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas al no reconocer el derecho a la autodeterminación, el derecho al control sobre los territorios y recursos naturales, el derecho a la consulta previa, el derecho a la compensación por daños recibidos, y el derecho a mantener y desarrollar instituciones políticas, religiosas y educativas que tiene el Pueblo Budista Tibetano.
Artículo 57 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Permanent Tribunal of Peoples determinó que según los criterios de la UNESCO los tibetanos cumplen con los criterios de un Pueblo, por lo que tienen derecho a la autodeterminación y sin embargo China decide no respetarlo.
Artículo 58 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1988 el Parliamentary Assembly of the Council of Europe apeló a la dictadura china a que promueva un proceso de paz en el Tíbet, respetando los derechos humanos del pueblo tibetano y su cultura o civilización.
Artículo 59 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha manifestado ante la ONU que ya provee a las minorías nacionales el derecho al autogobierno e implementación de sus propias políticas económicas, sociales y culturales, manteniendo su propio lenguaje, sistema educativo, tradiciones culturales y libertades religiosas, todo lo cual constituye un acto de profundo Negacionismo ante los abusos a los derechos humanos tanto contra el pueblo tibetano como contra otras minorías étnicas, pues aunque la Constitución China garantiza derechos especiales a las minorías esto no se cumple en la práctica por parte de las autoridades gubernamentales.
Artículo 60 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual China ratificó la Convención sobre diversidad biológica que garantiza derechos a las comunidades indígenas como protectoras de la biodiversidad de sus propios territorios, aunque la dictadura china nunca ha cumplido con este deber y ha ignorado la conexión espiritual profunda del pueblo budista tibetano con sus tierras, montañas y lagos, muchos de los cuales son considerados sagrados.
Artículo 61 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Dalai Lama Tenzin Gyatso reconoció que su enfoque político fracasó, lo cual es cierto al tenerse en cuenta que nunca debió haber abandonado la búsqueda de independencia tibetana, pues buscar para el Tíbet el mismo estatus que tuvo Hong Kong fue un error en tanto que recientemente China incumplió el tratado firmado y destruyó la autonomía y democracia de Hong Kong 27 años antes de que termine el acuerdo firmado con Reino Unido.
Artículo 62 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Tíbet se ha conservado como una Nación Budista y un Estado de jure bajo ocupación extranjera ilegal de China, tal y como lo demuestra la Declaración de Independencia del Tíbet de 1913 junto con un Tratado firmado con Mongolia en el mismo año, y también la Convención Simla de 1914 negociada por representantes británicos, chinos y tibetanos bajo la cual el Tíbet adquirió autonomía legal como nación independiente y que fue un tratado posteriormente heredado por la India, además del hecho de que en el año 821 ya se había firmado un acuerdo de paz entre Tíbet y China donde ambos se reconocían mutuamente como dos Estados soberanos e independientes.
Artículo 63 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Tíbet debería volver a ser un Estado Independiente, tal y como lo fue antes de la invasión genocida de China, pues el Tíbet cumplió históricamente con todos los requisitos del Derecho Internacional para ser un Estado según la Convención Interamericana sobre los Derechos y Deberes de los Estados de 1933, como poseer población permanente, territorio definido, gobierno y capacidad para entrar en relaciones con otros Estados.
Artículo 64 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Congreso de USA declaró que según los principios del Derecho Internacional el Tíbet es un país bajo ocupación, cuyo genuino representante es el Dalai Lama y el Gobierno Tibetano en el Exilio, lo cual ya había sido reconocido previamente por embajadores ante la ONU de países como Filipinas, Nicaragua, Tailandia, Irlanda y USA.
Artículo 65 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual una resolución del Parlamento Europeo reafirmó que es ilegal la invasión y ocupación del Tíbet por parte de China.
Artículo 66 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1951 se firmó un tratado entre el Tíbet y China llamado Seventeen Point Agreement según el cual el territorio tibetano entraba a ser parte del territorio chino, aunque tal tratado no es legalmente vinculante no sólo porque China incumplió la mayor parte de las 17 cláusulas sino también porque los representantes tibetanos que firmaron el acuerdo fueron forzados a hacerlo bajo amenaza militar china.
Artículo 67 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha convertido al Tíbet en una colonia de facto de China, no permitiendo que la población tibetana tenga acceso a la autodeterminación, a la salud pública, a la educación y al trabajo, lo cual claramente es un sistema social discriminatorio de Apartheid que ha producido que el 60% de la población tibetana sea analfabeta y pobre, incluso imponiendo altos costos monetarios para los niños tibetanos que quieren acceder a la educación estatal mientras que para los niños chinos la educación es gratuita, al mismo tiempo que los hospitales públicos también imponen altos costos a los tibetanos mientras que para los chinos la salud es un servicio gratuito.
Artículo 68 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la cual prohíbe hacer distinciones o exclusiones por cuestiones culturales, étnicas o de nacionalidad.
Artículo 69 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china suprimió la enseñanza de cultura e historia tibetana en la educación curricular de las escuelas del Tíbet, lo cual fue criticado en 1996 por el Comité de la ONU sobre Discriminación Racial por no enseñar a las minorías acerca de su historia y cultura en los programas escolares, motivo por el cual la International Commission of Jurists concluyó en 1997 que los niños tibetanos están siendo adoctrinados por China para considerar a su propia cultura, religión y lenguaje como algo inferior, incluso imponiendo una redefinición de la cultura tibetana como no-budista.
Artículo 70 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se violaron los derechos de los tibetanos de forma sistemática y generalizada, limitando su derecho al trabajo no-forzoso, su derecho a un estándar de vida adecuada, su derecho a la salud física y psíquica, su derecho a la no esterilización forzosa y al no aborto forzoso, su derecho a la educación gratuita, su derecho a la educación religiosa, su derecho a la vida cultural plena y su derecho a la autodeterminación política y espiritual.
Artículo 71 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha transferido a alrededor de 7 millones de chinos hacia áreas tradicionalmente ocupadas por tibetanos, lo cual es un crimen de guerra según la Convención de Geneva sobre la protección de civiles en tiempos de guerra de 1949, prohibiéndose que un país invasor transfiera a parte de su propia población civil dentro de los territorios ocupados militarmente.
Artículo 72 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china se apropió ilegalmente de miles de propiedades y hogares tibetanos, realizando demoliciones a gran escala tanto en zonas urbanas como en zonas rurales, lo cual significó expulsar forzosamente a miles de personas, como fue el caso del desplazamiento de 6 mil tibetanos en 1993 para un proyecto de construcción industrial en el noroeste del TAR.
Artículo 73 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha tenido la política estatal de remover o desplazar forzosamente a 2 millones de tibetanos nómadas pastoralistas, lo cual constituye un caso de Etnocidio y Genocidio Cultural según organismos de derechos humanos, pues se está anulando la distinción étnica de este grupo tibetano y su derecho a mantener su propio lenguaje, religión, cultura y estilo de vida completamente distintivo con respecto a China.
Artículo 74 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha buscado eliminar el lenguaje tibetano que es una parte fundamental irremplazable de la identidad, cultura y religión de esta rica e histórica Civilización Budista, incluso deteniendo arbitrariamente a los profesores que enseñan este idioma, lo cual ha producido la condena del Parlamento Europeo que definió a estas políticas contra la autonomía de minorías étnicas como violaciones a la Constitución China.
Artículo 75 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha detenido arbitrariamente a Kunchok Tsephel, creador de una página web intelectual tibetana, sentenciándolo a 15 años de prisión por difusión de secretos de Estado, al mismo tiempo que también se han detenido a otros intelectuales tibetanos por simplemente usar el idioma, como son los casos de Drogru Tsultrim, Jamyang Kyi, Dolma Kyab, Kunga Tsayang or Gangnyi y Tashi Rabten, estando algunos arrestados y torturados mientras que otros están han sido desaparecidos forzosamente.
Artículo 76 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1996 el Parlamento Alemán adoptó una resolución en la que condena a China por abusos a los derechos humanos tendientes a erradicar la identidad cultural tibetana, incluyendo a abortos forzosos, esterilizaciones forzosas y persecuciones políticas y religiosas.
Artículo 77 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual en 1991 la Comisión de la ONU sobre prevención de la discriminación y protección de las minorías adoptó la resolución en la que confirma que China realiza violaciones a los derechos humanos fundamentales del Pueblo Tibetano, por lo que llamó a China a respetar la identidad cultural, religiosa y nacional del Tíbet.
Artículo 78 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Second World Parliamentarians’ Convention on Tibet ha condenado las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en el Tíbet, como detenciones arbitrarias, torturas a prisioneros políticos, violaciones a los derechos de la mujer, abortos forzosos, y prohibición de la libertad religiosa, declarando a estas violaciones como un genocidio.
Artículo 79– El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual se han denunciado penalmente ante tribunales españoles al Presidente Jiang Zemin y al Primer Ministro Li Peng de China por comandar la realización de actos de genocidio, tortura, crímenes contra la humanidad y terrorismo de Estado, lo cual se evidencia en los enormes registros de detenciones arbitrarias, abusos sexuales, desapariciones forzosas, ejecuciones extrajudiciales, esterilizaciones forzosas, abortos forzosos, infanticidios y represión a comunidades budistas.
Artículo 80 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha disparado contra Lamas Budistas que huyen del Tíbet hacia Nepal, como fue el caso de la monja menor de edad llamada Kelsang Namtso que fue disparada por la policía china mientras huía como refugiada junto con otros niños y civiles indefensos, todo lo cual fue reportado por la agencia estatal de noticias de China como un incidente en el que la policía actuó en autodefensa.
Artículo 81 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el gobierno de Nepal recientemente ha violado los derechos civiles y políticos de los refugiados tibetanos que huyen de la represión estatal china, tal y como lo afirmó el Parlamento Europeo, no reconociéndoles sus derechos como refugiados, deportándolos masivamente e incluso disparando contra ellos a pesar de conocer perfectamente que los Lamas Budistas son refugiados que huyen del genocidio cometido por la dictadura china, lo cual constituye un incumplimiento de tratados internacionales firmados por Nepal y también sería un acto de traición a la postura histórica que mantuvo Nepal al reconocer al Tíbet como Estado independiente cuando éste solicitó membrecía en la ONU.
Artículo 82 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la falta de crítica profunda por parte de la ONU y la comunidad internacional acerca del genocidio que ocurre en el Tíbet no ha hecho más que permitir que siga sucediendo con total impunidad durante más de siete décadas.
Artículo 83 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china destruyó paulatinamente todos los niveles de la antigua Civilización Budista, pues durante la década de 1950 el Pueblo Tibetano perdió su territorio con la invasión comunista, durante la década de 1960 se perdió el poder político con el desplazamiento del Dalai Lama y su reemplazo por el Partido Comunista Chino, durante la década de 1970 se perdió la cultura por medio de la destructiva Revolución Cultural Maoísta, durante la década de 1980 se perdió la economía con los niveles de pobreza sistémicos, durante la década de 1990 se perdió el medioambiente con la contaminación y depredación de recursos por parte de la dictadura china, durante la década de 2000 se perdió la integridad corporal con los casos de torturas y autosacrificios, y durante la década de 2010 se perdió el apoyo internacional con la indiferencia de Estados Unidos y la Unión Europea ante las violaciones a los derechos humanos de China.
Artículo 84 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china reconoció estar realizando una represión sin misericordia contra aquellos que causan problemas en el Tíbet, lo cual claramente es una referencia directa a los Maestros Budistas Tibetanos que dedican sus vidas a la Liberación de todos los seres sintientes.
Artículo 85 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual los líderes budistas tibetanos se han comprometido a construir una sociedad justa, humanitaria y próspera que sea guiada por la Ley Perenne (Dharma), buscando convertir al Tíbet en un santuario de paz, democracia, espiritualidad, pureza ambiental, libertad, igualdad, amor, justicia, Verdad y Compasión, tal y como lo manifestó Samdhong Rinpoche Presidente del Tibetan Parliament in Exile.
Artículo 86 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Dalai Lama promulgó en 1963 la Constitución del Tíbet como instrumento que sintetiza los principios democráticos con el Budismo Tibetano, reconociendo la primacía del Derecho Internacional, la Carta de la ONU y la Declaración Universal de Derechos Humanos, todo lo cual ha sido sistemáticamente violado por la dictadura china.
Artículo 87 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Parlamento Europeo confirmó que China ha violado los tratados internacionales que está obligada a cumplir, lo cual se evidencia por las ejecuciones masivas, las detenciones arbitrarias por razones políticas, la tortura, las restricciones a la libertad de movimiento de los Lamas Budista, y la amenaza con la extinción del patrimonio espiritual y cultural del Tíbet por las restricciones a las libertades fundamentales de expresión, reunión y religión, y por la discriminación contra el pueblo tibetano por razones religiosas, políticas, educativas, lingüísticas y culturales.
Artículo 88 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha cometido un etnocidio en el Tíbet, según los parámetros internacionales establecidos en la Declaración de San José, pues al grupo étnico tibetano se le ha negado su derecho a disfrutar, desarrollar y transmitir su propia identidad cultural y lenguaje a nivel individual y colectivo, violándose de forma extrema y masiva sus derechos humanos.
Artículo 89 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de expresiones culturales, pues la cultura tibetana no ha sido preservada a pesar de ser patrimonio común de la humanidad.
Artículo 90 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, pues se ha intentado destruir las prácticas, representaciones, expresiones, conocimiento, habilidades, objetos y espacios culturales que las comunidades, grupos e individuos tibetanos reconocen como parte de su patrimonio cultural.
Artículo 91 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Convención sobre la protección del patrimonio natural y cultural mundial, pues no se ha identificado, protegido, conservado, presentado y transmitido a las generaciones futuras el patrimonio natural y cultural del territorio tibetano.
Artículo 92 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Declaración sobre los Derechos de las minorías, pues se ha discriminado a la minoría étnica tibetana y su derecho a disfrutar de su propia cultura, practicar su religión y usar su propio lenguaje privada y públicamente, no respetando su derecho a participar efectivamente en la vida cultural, religiosa, social y económica.
Artículo 93 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, pues no se ha respetado el derecho del pueblo tibetano a revitalizar, utilizar, desarrollar y transmitir a generaciones futuras sus historias, lenguaje, tradiciones orales, filosofía, escritura, literatura o nombres de lugares.
Artículo 94 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha violado la Convención contra la discriminación en la educación, pues se ha distinguido y excluido al grupo tibetano por cuestiones de lenguaje, creando una desigualdad en el ámbito educativo, además de que se ha violado el derecho de la minoría tibetana a manejar sus propias escuelas y actividades educativas y también el derecho a enseñar en su propio idioma.
Artículo 95 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha intentado exterminar al pueblo tibetano por medio de actos genocidas como la transferencia poblacional, represión y detenciones políticas, prácticas discriminatorias, destrucción medioambiental, violación a los derechos humanos y libertades fundamentales, eliminar el idioma tibetano y su historia, torturar y ejecutar extrajudicialmente a disidentes, aplicar abortos forzosos y esterilizaciones masivas, e incluso hacer una campaña brutal contra miles de Lamas Budistas por medio del control ilegal sobre el Budismo.
Artículo 96 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la dictadura china ha cometido genocidio cultural en el Tíbet, según los parámetros del bosquejo del Comité Ad Hoc de la ONU sobre la Convención de Genocidio inspirado en la visión de Lemkin, pues se han cometido actos deliberados con la intención de destruir la integridad, valores, idioma, religión y cultura de la Civilización Budista Tibetana, como los actos de prohibir el lenguaje tibetano en la vida cotidiana, en las escuelas y en las publicaciones; los actos de destruir las librerías, museos, escuelas, monumentos históricos, lugares y objetos religiosos de los tibetanos; los actos de expropiación de los territorios y recursos naturales de los tibetanos; los actos de transferencia poblacional de chinos hacia el Tíbet; los actos de asimilación forzosa contra los tibetanos; los actos de propaganda que promueven discriminación étnica contra los tibetanos; y los actos que fuerzan a los tibetanos a renunciar a su cultura, idioma o religión.
Artículo 97 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Budismo Tibetano ha sido controlado y reprimido por la dictadura china por medio de instituciones gubernamentales como el Religious Affairs Bureau, la Asociación Budista China, el Committee of Democratic Management, el Work Inspection’s Teams for political education and political studies, y los servicios de seguridad de China.
Artículo 98 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual el Parlamento Europeo en su Resolución de 2013 sobre las relaciones USA-China afirmó que la dictadura china reconoce como válidas a las religiones del Budismo, Islam y Cristianismo, controlándolas a cada una por medio de una organización cuyos líderes son oficiales leales al Partido Comunista Chino, como sucede con la Asociación Budista China, al mismo tiempo que los grupos religiosos o espirituales como el Falun Gong que no son aprobados o controlados gubernamentales entonces son prohibidos, perseguidos y erradicados violentamente por medio de arrestos arbitrarios, trabajo forzoso, tortura y asesinatos.
Artículo 99 – El Budismo reconoce el Genocidio Tibetano durante el cual la Asociación Budista China controlada por la dictadura comunista se ha mantenido totalmente cómplice y ha participado activamente de las violaciones a los derechos humanos contra el Pueblo Budista Tibetano, apoyando y nunca criticando los miles de arrestos, torturas y ejecuciones de Lamas Budistas, además de que también ha apoyado públicamente la erradicación genocida de la comunidad budista-taoísta Falun Gong, todo lo cual demuestra su responsabilidad en los terribles delitos de Genocidio y Crímenes contra la humanidad, pues el objetivo principal de la Asociación Budista China es reformar el Budismo para que esté en concordancia con los principios del Partido Comunista Chino que es un régimen ateo, materialista y genocida.
PARTE II: GENOCIDIO BUDISTA FALUN GONG
Artículo 100 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha considerado como enemigos del Estado a la comunidad espiritual Falun Gong que se dedica a la práctica y enseñanza pacífica de una forma Qigong sintetizada con Sabiduría Budista, lo cual parece representar una amenaza para el demencial poder genocida chino tan sólo por el éxito que tuvo esta disciplina espiritual que en 1999 logró llegar a tener más de 70 millones de miembros según datos oficiales chinos, incluyendo a profesores, médicos, jueces, funcionarios comunistas, policías y militares, todos los cuales fueron brutalmente perseguidos debido a que esta cantidad de practicantes superaba en número a los 60 millones de miembros del Partido Comunista Chino.
Artículo 101 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china consideró que las nociones budistas de Verdad, Compasión y Humanitarismo de esta comunidad espiritual son la transmisión de ideas peligrosas y una conspiración global anti-China.
Artículo 102 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual en 1999 y 2000 la dictadura china no sólo amenazó y espió a los miembros y familiares del Falun Gong, sino que incluso arrestó ilegalmente entre 150 a 450 líderes de esta comunidad espiritual, muchos siendo detenidos sólo por vender libros sobre esta disciplina, y otros siendo sentenciados a 18 o 20 años de prisión porque la dictadura china considera a sus creencias como heréticas, todo lo cual representa una persecución similar a la Revolución Cultural Maoísta.
Artículo 103 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha asesinado sistemáticamente a prisioneros de consciencia provenientes de la comunidad espiritual Falun Gong, a quienes desde el año 1999 se ha buscado exterminar, deteniéndolos arbitrariamente, asesinándolos y luego vendiendo sus órganos de forma masiva, todo lo cual ha sido descubierto por el valiente experto Ethan Gutmann y los prestigiosos juristas David Kilgour y David Matas a partir de cientos de entrevistas con testigos, médicos, abogados y refugiados de China, incluso obteniendo las confesiones de clínicas de trasplantes de que los órganos a la venta provienen de practicantes Falun Gong.
Artículo 104 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china en el año 2000 detuvo en campos de concentración, cárceles e instituciones psiquiátricas a 1 millón de miembros de la comunidad espiritual Falun Gong con el fin de apropiarse de sus bienes, esclavizarlos, lavarles el cerebro, torturarlos, tratarlos cruel e inhumanamente, asesinarlos y cosechar sus órganos industrialmente, esto último produciendo un alza sin precedentes en la actividad de trasplantes de órganos en China entre los años 2000 al 2005, lo cual significa la creación de un negocio criminal multibillonario dirigido por el Partido Comunista Chino.
Artículo 105 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la bioeticista Wendy Rogers confirmó que la única explicación posible para la alta cantidad de trasplantes de órganos de emergencia que se consiguen en pocas horas sería la cosecha de prisioneros de consciencia, lo cual explica adecuadamente la enorme cantidad de trasplantes que realiza dicho país, como los 4000 trasplantes anuales que hace el Peking Univesity Organ Transplant Institute o los 6.000 trasplantes anuales que hace el Oriental Organ Transplant Centre.
Artículo 106 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el dictador genocida Jiang Zemin ordenó la erradicación de la comunidad espiritual Falun Gong compuesta por 70 millones de personas, a partir de lo cual sus miembros fueron detenidos en campos de concentración y exterminio como el campo de Sujiatun, donde aquellos que no renuncian a sus creencias y no denuncian al Falun Gong son ejecutados extrajudicialmente y cosechados para el tráfico de órganos, luego incinerando los cuerpos para borrar las evidencias de estos crímenes genocidas, tal y como lo ha denunciado la World Organization to Investigate the Persecution of Falun Gong.
Artículo 107 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el jurista Renwen de la Chinese Academy of Social Sciences criticó y solicitó el fin del tráfico ilegal de órganos de los ejecutados.
Artículo 108 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual para el año 2005 China comenzó a recibir turistas en búsqueda de trasplantes de órganos que en su mayor parte provenían del asesinato de más de 41 mil miembros de la comunidad espiritual Falun Gong, tal y como lo confirmaron David Kilgour y David Matas, motivo por el cual este tipo de turismo ha sido prohibido por países como Israel, Taiwán, España e Italia.
Artículo 109 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el Parlamento Europeo criticó el número de ejecuciones en China y su relación con el tráfico de órganos, demandando la abolición de la pena de muerte y la eliminación de la tortura, solicitando el cese de los abusos a los derechos humanos contra el Falun Gong y que se les permita a los practicantes de esta comunidad espiritual poder expresar su libertad de expresión y consciencia tal y como lo permite la Constitución China.
Artículo 110 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual tras mucho tiempo de Negacionismo la dictadura china finalmente confesó públicamente en el año 2006 que las ejecuciones extrajudiciales de los prisioneros son su principal fuente de trasplantes de órganos.
Artículo 111 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual entre los años 1999 y 2006 la dictadura china detuvo arbitrariamente a cientos de miles de miembros de la comunidad espiritual Falun Gong, torturando a 44.000 personas y asesinando a unos 3.000 tal y como lo informó el Falun Dafa Information Center, lo cual viola la Constitución Nacional China y también el Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos.
Artículo 112 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china persiguió al Falun Gong a través de medidas inconstitucionales contra millones de personas: creando la oficina 610 como cadena de mando secreta que operó por fuera del sistema legal, interfiriendo en la implementación de la justicia con la injerencia del Partido Comunista Chino, tergiversando las leyes, expandiendo la utilización de secuestros ilegales y detenciones arbitrarias junto con brutalidad policial e impunidad, y utilizando el sistema extrajudicial de trabajo forzoso, lavado de cerebro y tortura.
Artículo 113 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la oficina 610 creada por el dictador Jiang Zemin fue una organización china similar a la Gestapo Nazi, siendo evidente al dar las órdenes secretas de erradicar el Falun Gong dentro de un período de 3 meses, difamar sus reputaciones y destruirlos física y financieramente, contar los casos de muertes por tortura como casos de suicidios, y cremar los cuerpos sin chequear su identidad.
Artículo 114 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual para el año 2008 la dictadura china asesinó ilegalmente a más de 65.000 miembros de la comunidad espiritual Falun Gong y luego cosecharon sus órganos, lo cual según Ethan Gutmann constituyen crímenes contra la humanidad muy similares a la Solución Final del Nazismo, siendo graves abusos a los derechos humanos que el propio Comité de la ONU contra la Tortura pidió que sean investigados y castigados.
Artículo 115 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el juez argentino Octavio de Lamadrid ordenó a la INTERPOL la detención del dictador chino Jiang Zemin y también de su jefe de seguridad Luo Gan por haber cometido crímenes contra la humanidad, genocidio y tortura en la persecución y erradicación del movimiento espiritual Falun Gong, realizando actos en total desprecio por la vida y dignidad humana.
Artículo 116 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual entre los años 2000-2016 la dictadura china realizó 1.5 millones de trasplantes de órganos en su mayor parte (80% aproximadamente) provenientes de prisioneros de consciencia del Falun Gong, habiéndose realizado alrededor de 100 mil trasplantes anuales, lo cual según David Matas permite concluir que la dictadura china ha realizado una masacre masiva de inocentes.
Artículo 117 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la organización China Tribunal, liderado por Geoffrey Nice QC antiguo fiscal del International Criminal Tribunal for the former Yugoslavia, concluyó en el año 2019 que la dictadura comunista ha cosechado los órganos de los prisioneros del Falun Gong y que los ha asesinado para sostener su mercado de trasplantes.
Artículo 118 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el Departamento de Estado de USA confirmó que la mitad de los 250 mil presos oficiales en campos de concentración y trabajo forzoso de China pertenecían a miembros del Falun Gong, mientras que para el experto Ethan Gutmann la cifra de miembros que sufrieron detenciones arbitrarias fue más de 1 millón de personas muchos de los cuales desaparecieron forzosamente, lo cual constituye uno de los casos de genocidio más terribles e impunes de la historia de la humanidad.
Artículo 119 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual en Octubre de 2005 el abogado de derechos humanos Gao Zhisheng escribió al Partido Comunista Chino reclamando por el fin de la persecución al Falun Gong, ante lo cual la dictadura china cerró su oficina legal y revocó su licencia profesional, incluso realizando su desaparición forzosa en Febrero de 2009.
Artículo 120 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china detuvo a abogados de practicantes Falun Gong, haciendo todo tipo de abusos contra estos profesionales del derecho, detenciones arbitrarias como sucedió en los casos de Zhang Kai, Li Chunfu, Wang Yonghang y Wei Liangyue; ataques violentos como sucedió en los casos de Cheng Hai y Zhou Peng, bloqueo del acceso a entrevistas a familiares como sucedió en los casos de Wu Jiangtao y Li Renbing; negación del derecho a un abogado como sucedió en los casos de Jiang Tianyong y Tang Jitian; y persecución a abogados vinculados con clientes Falun Gong como sucedió en los casos de Xie Yanyi, Zhang Chengmao, Zhang Lihui, Sun Wenbing, Li Jinglin, Wang Yajun, Guo Shaofei.
Artículo 121 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual se realizaron miles de juicios farsa o juicios secretos ilegales en los que la dictadura china les prohibió a los abogados defensores poder argumentar la inocencia de sus clientes, lo cual constituye una violación a los principios fundamentales del Derecho Internacional y también de la propia Constitución China.
Artículo 122 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual miles de personas fueron sentenciadas a prisión sólo por hablar sobre la represión contra el Falun Gong o por transmitir información a la prensa internacional sobre estos abusos.
Artículo 123 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual el Parlamento Europeo condenó y requirió que terminen inmediatamente las detenciones y torturas a practicantes Falun Gong en los campos de concentración o reeducación y también en los centros de tortura psiquiátrica donde se remueven sus órganos, los cuales son vendidos debido a que estos practicantes de meditación disfrutan de extraordinarios niveles de salud física y sus órganos son codiciados por todo el mercado chino de trasplantes.
Artículo 124 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china en el año 2000 convirtió a 57 hospitales en centros de tortura psiquiátrica contra miembros del Falun Gong, todo con la participación activa y cómplice por parte del personal médico tal y como lo denunció el American Academy of Psychiatry and the Law, siendo un número terrorífico al tener en cuenta que esto sucedió tan sólo durante el primer año del genocidio, motivo por el que para el año 2011 el total de hospitales chinos convertidos en centros de tortura subió a unos 2.000 según datos del Falun Gong Human Rights Working Group.
Artículo 125 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha encubierto las atrocidades genocidas cometidas contra esta comunidad espiritual, acusando falazmente a las víctimas de cometer suicidio o morir por causas naturales, impidiendo la realización de autopsias y cremando los cuerpos, todo lo cual fue denunciado por el Congreso de USA.
Artículo 126 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha abusado sistemáticamente a mujeres miembros de esta comunidad espiritual al secuestrarlas, violarlas, torturarlas con privaciones del sueño y picanas eléctricas, tratarlas inhumanamente al privarlas de nutrición e higiene adecuada, e incluso someterlas a abortos forzosos.
Artículo 127 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha declarado a esta comunidad espiritual como un culto maligno que atenta contra el orden social normal de China, incluso solicitando la captura internacional del Maestro Li Hongzhi fundador del Falun Gong, lo cual fue denegado por la INTERPOL.
Artículo 128 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual diplomáticos de la dictadura china han acosado a los practicantes de esta comunidad espiritual que viven en USA, demostrando una persecución que se extiende a nivel internacional.
Artículo 129 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china implementó un sistema de propaganda para transmitir noticias falsas y manipular a la opinión pública contra el Falun Gong, como sucedió cuando el Bureau of Religious Affairs of the Chinese State Council dijo que el Falun Gong lava el cerebro de sus seguidores y ha causado la muerte de 1400 practicantes por lo que es una amenaza contra la estabilidad social y contra el Partido Comunista.
Artículo 130 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china destruyó y quemó públicamente más de 7 millones de libros sobre esta disciplina espiritual, lo que demuestra violencia medieval y anticivilizatoria, incluso utilizando millones de recursos económicos de la educación oficial china para dirigirlos hacia la persecución contra el Falun Gong, enseñando difamaciones y discurso de odio en todos los niveles de la educación, siendo esto realizado en nombre de la ideología fundamental del Partido Comunista y por el futuro de la Nación China, tal y como aclaró la Ministra de educación Chen Zhili.
Artículo 131 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual las escuelas y universidades de China prohibieron su acceso a estudiantes que sean miembros de la comunidad espiritual Falun Gong, privándoles de su derecho humano a la educación, lo cual constituye uno de los peores actos de discriminación institucional o Apartheid.
Artículo 132 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual los practicantes de esta comunidad espiritual han utilizado la resistencia civil no-violenta y el activismo de derechos humanos, combatiendo a la dictadura china por medio de la difusión de la Verdad sobre este Genocidio.
Artículo 133 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la dictadura china ha cometido genocidio y crímenes de lesa humanidad tal y como está entendido en los artículos 6 y 7 del Estatuto de Roma, pues de forma sistemática y generalizada se ha intentado destruir totalmente a esta comunidad espiritual por medio del asesinato y exterminio de miembros del grupo; por medio del serio daño físico y mental a los miembros del grupo con actos de tortura y abuso sexual; por medio de causar condiciones de vida inhumanas que produzcan la destrucción física del grupo con actos detenciones arbitrarias y esclavitud; y por medio de la imposición de abortos forzosos y esterilizaciones dentro del grupo y que son violaciones a la Convención contra la Tortura.
Artículo 134 – El Budismo reconoce el Genocidio Falun Gong durante el cual la genocida oficina 610 de la dictadura china catalogó como venenos a los Budistas Tibetanos, a los practicantes del Falun Gong, a los Taiwaneses y a los Uigures islámicos.
PARTE III: GENOCIDIO ISLÁMICO UIGUR
Artículo 135 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china realizó una invasión genocida en Xinjiang muy similar a la del Tíbet, Estado independiente donde no sólo se buscó aniquilar a la comunidad budista sino también hacer desaparecer a la comunidad islámica tibetana, pues en 1969 se destruyeron todos los escritos sagrados islámicos, se cerró la mezquita e incluso se asesinó a golpes al líder religioso islámico.
Artículo 136 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el Parlamento Europeo manifestó que la dictadura china no podrá alcanzar la paz en el Tíbet ni en la región uigur de Xinjiang mientras no busque el bienestar de los pueblos indígenas locales y continúe con su asimilación forzosa, destrucción cultural y represión policial.
Artículo 137 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la población uigur de la región de Xinjiang ha realizado protestas masivas buscando la independencia, lo cual ha generado que la dictadura china responda con un genocidio contra los musulmanes.
Artículo 138 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el funcionario Chen Quanguo del Partido Comunista Chino ha participado y liderado tanto el Genocidio Budista en el Tíbet como también el Genocidio Islámico en Xinjiang.
Artículo 139 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china repitió contra el pueblo uigur los mismos patrones genocidas realizados en el Tíbet: invasión de East Turkistan (Xinjiang), represión violenta de protestas, detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzosas y campos de concentración, prohibiendo el idioma, quemando los libros sagrados e intentando eliminar a todos los intelectuales y líderes culturales.
Artículo 140 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha atacado a la población islámica de la región de Xinjiang con la excusa de que están luchando contra el terrorismo, lo cual es una razón falsa en tanto que China mantiene lazos económicos con el Estado islámico más terrorista del mundo que es la República de Irán, apoyándolos políticamente e incluso vendiéndole armamento.
Artículo 141 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china intentó bloquear la participación del activista Dolkun Isa en el UN Indigenous Forum bajo la acusación falsa de que es un terrorista sólo por ser miembro del Pueblo Uigur.
Artículo 142 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china lazó una campaña antiterrorista de vigilancia masiva en Xinjiang por medios digitales, espiando y recopilando la información de toda la sociedad uigur con el fin de erradicar cualquier tipo de disenso civil, lo que convierte a China en el más grande Estado policial en el mundo.
Artículo 143 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el dictador Xi Jinping creó el proyecto de la lucha contra el terrorismo en la región de Xinjiang, siendo influido en la lucha contra el terrorismo que lazó el Presidente Bush de USA en el año 2001 y que causó un genocidio de los pueblos de Afganistán e Irak.
Artículo 144 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual documentos secretos de la dictadura china muestran estar llevando a cabo una guerra en Xinjiang, caracterizándose como una ofensiva aplastante y devastadora a partir de la cual se realizaron las detenciones arbitrarias de cientos de miles de uigures, pues se consideran que determinados comportamientos son señales de estar en contra de China, como tener pasaporte, leer el Corán, ver websites extranjeras, llevar barba larga, dejar de fumar, estudiar árabe y rezar fuera de las mezquitas islámicas.
Artículo 145 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el régimen dictatorial chino ha efectuado una asimilación cultural forzosa de la población uigur junto con la destrucción de las mezquitas y santuarios islámicos de Xinjiang, pues el régimen de Xi Jinping está borrando todo vestigio cultural del Islam sobre suelo chino, volviendo a poner en práctica el mismo grado de virosidad que tuvo la Revolución Cultural de Mao Zedong, a pesar de que la dictadura china niega estar destruyendo el patrimonio cultural del Pueblo Uigur.
Artículo 146 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el Sr Wang, el mismo funcionario que lideró el inicio del genocidio y que llamó a aniquilar completamente a los terroristas islámicos destruyéndolos desde la raíz, fue sancionado por la dictadura china y luego detenido por no haber sido lo suficientemente agresivo en su tarea debido a que declaró que no hay nada de malo en tener el Corán en la propia casa e incluso animó a los líderes del Partido Comunista a que lo lean para comprender mejor a los uigures, además de que también ordenó la liberación de 7 mil prisioneros de los campos de concentración, acto que causó su expulsión, detención y procesamiento.
Artículo 147 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el experto Adrian Zenz confirmó que documentos de la dictadura china demuestran estar realizando un plan de genocidio cultural contra el pueblo uigur muy similar a una caza de brujas medieval que se ejecuta con perfección administrativa y disciplina de hierro, pues de hecho informes del ministro de justicia chino de Xinjiang hablan de que el objetivo gubernamental es lavar cerebros, limpiar corazones, apoyar lo correcto y remover lo incorrecto.
Artículo 148 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual miles de líderes religiosos o imanes musulmanes fueron catalogados como extremistas y luego enviados a campos de concentración sólo por no estar registrado como tales ante la dictadura china, y también por otras razones delirantes como viajar a otros países o pedir a las personas que recen.
Artículo 149 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura China ha ilegalizado al Islam en Xinjiang, prohibiendo su práctica, destruyendo las mezquitas y monumentos sagrados, e incluso manifestando que si las personas estudian el Corán en sus propios hogares están cometiendo un crimen.
Artículo 150 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el dictador Xi Jinping manifestó que no se debía mostrar ninguna misericordia hacia los uigures pues el extremismo religioso está arraigado en toda la sociedad uigur, siendo un virus que requiere un tratamiento doloroso pues las personas capturadas por el extremismo religioso destruyen su consciencia y pierden su humanidad, todo lo cual es un posicionamiento muy similar a las manifestaciones que realizan todos los dictadores antes de desatar un genocidio contra poblaciones indefensas.
Artículo 151 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha descrito al Islam como un tumor maligno o virus que debe ser erradicado de las mentes de los uigures para así evitar la criminalidad, lo cual constituye la justificación oficial de China hacia el genocidio.
Artículo 152 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual los documentos estatales secretos revelan que el genocidio contra los uigures es llevado a cabo porque la dictadura china tiene miedo a la infección religiosa y al crecimiento demográfico uigur, lo cual obviamente demuestra que la lucha china contra el terrorismo es una mentira.
Artículo 153 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual en la región de Xinjiang la dictadura china ha detenido ilegalmente a más de 1 millón de miembros del Pueblo Uigur según informes de la ONU, USA y Alemania, confinándolos en campos de concentración donde son adoctrinados forzosamente en ideología comunista para que abandonen el Islam y su cultura o estilo de vida Uigur.
Artículo 154 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el World Uyghur Congress confirmó que los millones de uigures detenidos en campos de concentración están detenidos indefinidamente sin cargos legales y sin acceso a un abogado, todo lo cual es una masiva violación a los derechos humanos, siendo detenidos como potenciales amenazas por razones tan increíbles como tener barba, tener muchos hijos, usar velo, visitar el Medio Oriente, tener pasaporte y no realizar ningún viaje, tener fuertes tradiciones religiosas, tener libros religiosos ilegales, predicar o asistir a una enseñanza espiritual, usar WhatsApp, acumular comida en los hogares, dejar de fumar y beber repentinamente, o tener mapas y telescopios.
Artículo 155 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china amenazó a todas las firmas de abogados de derechos humanos de Beijing para que no asesoren en casos legales sobre la región Uigur de Xinjiang.
Artículo 156 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual los datos de funcionarios locales de Xinjiang muestran que 1 millón de uigures fueron enviados a los campos de concentración, mientras que los datos de organizaciones internacionales sugieren más de 1.8 millones de personas y además el propio Departamento de Estado Estadounidense confirmó que serían 3 millones de personas detenidas sobre una población de 10 millones, lo cual equivale al 30% de los ciudadanos bajo arresto extrajudicial.
Artículo 157 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el gobierno de Reino Unido manifestó que las detenciones extrajudiciales de más de 1 millón de musulmanes uigures son abusos a los derechos humanos, por lo que solicitó el fin de estas restricciones indiscriminadas y desproporcionadas a las libertades culturales y religiosas de los musulmanes uigures y otras minorías étnicas en Xinjiang, además de que también solicitó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que tome medidas contra China por las torturas, trabajos forzados y esterilización de mujeres que se están produciendo a escala industrial en Xinjiang.
Artículo 158 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el gobierno de Australia describió como profundamente perturbador las detenciones arbitrarias de los uigures y otros grupos musulmanes, solicitando que cese este comportamiento ilegal.
Artículo 159 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el United Nations Committee on the Elimination of Racial Discrimination confirmó que la dictadura china convirtió a Xinjiang en un gran campo de concentración, solicitando entonces la liberación de todos los uigures arrestados masivamente bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el separatismo.
Artículo 160 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha ejecutado extrajudicialmente a miles de uigures por los cargos de separatismo.
Artículo 161 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha detenido arbitrariamente y torturado en campos de concentración a miles de uigures que no son ciudadanos chinos sino que tienen ciudadanía en otros países.
Artículo 162 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha presionado a otros países para que deporten a los uigures viviendo en el exterior, como ocurrió con los casos de Egipto, Tailandia, Malasia, Afganistán, Camboya e India, lo cual es una violación al Derecho Internacional sobre los refugiados, pues el régimen tiránico de Xi Jinping no sólo quiere confinar a los uigures de China sino también forzar a los uigures de todo el mundo a que vivan en campos de concentración.
Artículo 163 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual más de 23 países realizaron una declaración oficial conjunta para criticar los centros de detención ilegal de Xinjiang.
Artículo 164 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el Australian Strategic Policy Institute reveló fotos satelitales que demuestran que la dictadura china construyó más de 380 campos de concentración en Xinjiang, donde están confinados más de 1 millón de musulmanes uigures a pesar de que la dictadura china ha dicho que ya desmanteló todos los campos de confinamiento y que ellos sólo tienen centros de formación profesional, lo cual es mentira pues de hecho en los años 2019 y 2020 siguieron construyéndose nuevos campos de concentración de máxima seguridad.
Artículo 165 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha negado la existencia de campos de concentración, aunque documentos gubernamentales secretos de China demuestran claramente su existencia y propósito genocida.
Artículo 166 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el gobierno de USA denunció que posiblemente millones de musulmanes uigures sufren detenciones arbitrarias en campos de reeducación donde padecen severo adoctrinamiento político y abusos horrendos por parte de la dictadura china, aniquilando todas sus creencias religiosas, pues estos no son centros de formación profesional sino más bien campos de concentración y tortura, motivo por el cual los millones de uigures son llevados a esos lugares esposados, rasurados y con los ojos vendados.
Artículo 167 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha realizado miles de detenciones arbitrarias a los principales académicos, intelectuales, artistas y líderes culturales de esta comunidad antigua, incluso produciendo que la desaparición forzosa de cientos, pues se está buscando extinguir toda la cultura Uigur.
Artículo 168 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha intentado reducir el crecimiento demográfico del grupo étnico uigur y eliminar toda su cultura, lo cual es un exterminio que ocurre en nombre de la erradicación de la pobreza y el terrorismo.
Artículo 169 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual documentos oficiales de la dictadura china muestran que el plan sistemático de exterminio de la identidad musulmana y cultura uigur ha producido que queden huérfanos 10 mil niños uigures sólo en el condado de Yarkand, por lo que debido a las detenciones arbitrarias de más de 1 millón de uigures en campos de concentración probablemente el número de niños huérfanos sería de 250 mil.
Artículo 170 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual documentos secretos de la dictadura china muestran que se amenazaba a los hijos de los uigures detenidos en campos de concentración que están desaparecidos, realizando una coerción para ellos apoyen estas medidas y así supuestamente acortar la detención de sus padres, ordenando que se quedaran callados y que agradezcan la ayuda del Partido Comunista Chino, incluso manifestando que los detenidos habían sido expuestos al virus del extremismo religioso y que sus pensamientos habían sido infectados por lo que ahora estaban siendo puestos en cuarentena para ser curados.
Artículo 171 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual Sayragul Sauytbay, miembro uigur del Partido Comunista Chino, afirmó que los centros de detención son campos de concentración más aterradores que las prisiones, pues allí se realizan violaciones, lavado de cerebros y tortura.
Artículo 172 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual profesores de mandarín que enseñan el idioma a los uigures en los campos de concentración confirmaron que los detenidos que no responden en idioma chino son torturados violentamente o tratados inhumanamente, golpeándolos y privándolos de alimento.
Artículo 173 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual en los campos de concentración uigur de la dictadura china se han violado derechos humanos protegidos tanto por la Constitución China como por Tratados Internacionales, como el International Covenant on Civil and Political Rights que protege el derecho a la libertad y no-detención arbitraria, el derecho al pensamiento y expresión libres, y el derecho a la libertad de movimiento; la Convention on the Elimination of All Forms of Racial Discrimination que protege el derecho a la no-discriminación por cuestiones étnicas; el Universal Declaration of Human Rights que protege el derecho a la libertad religiosa y práctica espiritual o el derecho a la privacidad; la United Nations Convention against Torture que protege el derecho a la integridad corporal y al trato humano; y la Convention on the Rights of the Child que protege los derechos de los niños a ser criados por sus padres o familiares.
Artículo 174 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual varios expertos internacionales han afirmado que los campos de concentración con más de 1 millón de uigures constituye el mayor sistema de violación a los derechos humanos del siglo XXI, sometiendo cotidianamente a todas estas personas a tortura y lavado de cerebro para eliminar su identidad religiosa y borrar su cultura sobre la faz del mundo.
Artículo 175 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual más de 80 mil uigures liberados de los campos de concentración han sido utilizados para el trabajo forzoso o mano de obra esclava.
Artículo 176 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual USA sancionó a funcionarios como Chen Quanguo del Partido Comunista Chino por los horribles abusos sistemáticos a los derechos humanos realizados contra la etnia uigur, como el arresto arbitrario, el trabajo forzoso, el adoctrinamiento, la tortura, el acoso y la vigilancia intrusiva que buscan erradicar la identidad étnica y las creencias religiosas de los uigures.
Artículo 177 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el Center for Global Policy confirmó que la dictadura china somete a esclavitud o trabajo forzoso a más de 570 mil musulmanes uigures que prácticamente no cobran por su trabajo a tiempo completo, realizando este esquema chino de reingeniería social coercitiva sobre la base de detenciones arbitrarias, torturas, esterilizaciones, abortos forzosos y lavado de cerebro para que abandonen el Islam, siendo una criminal reeducación esclava que sucede en el 85% del mercado chino de recolección de algodón y que corresponde al 20% del mercado global de este producto.
Artículo 178 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el cobarde régimen dictatorial chino ha realizado miles de abusos sexuales y torturas genitales a las mujeres uigures indefensas y confinadas en los campos de concentración.
Artículo 179 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el régimen dictatorial chino ha instaurado un enorme campo de concentración en Xinjiang donde ha detenido y encarcelado ilegalmente a cientos de miles de personas de la etnia Uigur, incluso efectuando cientos de miles de esterilizaciones y abortos forzosos, lo cual según la experta Joanne Finley constituye un genocidio lento, doloroso y encubierto por causas demográficas, siendo un control brutal de natalidad y una medida genocida contra los musulmanes de Xinjiang en tanto que previene nacimientos dentro de este grupo étnico y religioso.
Artículo 180 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china ha realizado sistemáticamente cientos de miles de arrestos de mujeres uigures con la finalidad de abortar forzosamente sus bebés y luego esterilizarlas, lo cual constituye limpieza étnica, crímenes contra la humanidad y genocidio, causando que entre 2015 y 2018 la tasa de natalidad en regiones uigures baje más del 60%.
Artículo 181 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el Gobernador Tathagata Roy de Meghalaya (India) afirmó que el totalitarismo de la China Comunista tiene todas las características de la Alemania Nazi, siendo la brutal represión contra los Uigures y los practicantes Falun Gong muy similar a la persecución contra los judíos, gitanos y gays, lo cual significa obviamente que el dictador Xi Jinping es el Hitler del siglo XXI mientras que Chen Quanguo es su Eichmann.
Artículo 182 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual Shohrat Zakir, que es quien reveló los documentos gubernamentales chinos secretos sobre los campos de concentración de uigures, confirmó que este genocidio es una repetición del Holocausto Judío.
Artículo 183 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual uigures del East Turkistan Government in Exile denunciaron al dictador Xi Jinping de China ante el International Criminal Court (ICC) por el delito de genocidio y crímenes contra la humanidad, pues China ha perseguido a los uigures en Camboya y Tajikistán –dos países miembros de la ICC– por lo que la corte internacional tiene jurisdicción para juzgar a China.
Artículo 184 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual el gobierno de USA acusó formalmente a la dictadura china de cometer genocidio y crímenes de lesa humanidad contra los uigures musulmanes, siendo la primera vez que un gobierno describe adecuadamente las acciones de la dictadura china y sus campos de concentración como genocidas, lo cual es caracterizado por USA como una ofensa contra las naciones civilizadas del mundo por lo que se solicita a China que libere inmediatamente a todas las personas arrestadas arbitrariamente y ponga fin a su sistema de campos de concentración y trabajo forzoso.
Artículo 185 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual la dictadura china no sólo detuvo ilegalmente y sentenció a prisión a líderes uigures islámicos sino también a líderes uigures cristianos, como fue el caso de Alimujiang Yimiti sentenciado a 15 años de prisión por los cargos ficticios de divulgar secretos de Estado, por lo que el UN Working Group on Arbitrary Detention declaró al caso como un arresto arbitrario.
Artículo 186 – El Budismo reconoce el Genocidio Uigur durante el cual en 2020 la Catholic News Agency ha afirmado que la autoridad moral del Catolicismo es su más grande capital aunque está siendo gastado en el silencio ante las violaciones a los derechos humanos de China, como ocurre con el impune Genocidio Uigur caracterizado por atrocidades masivas, persecuciones, millones de detenciones arbitrarias en campos de concentración, hambruna, tortura, asesinato, violencia sexual y esclavitud, siendo un silencio que se debe a que el Vaticano tiene un acuerpo político con China, manteniendo complicidad por omisión ante el Genocidio Uigur y también silencio ante los arrestos y desapariciones forzosas de líderes católicos que no aceptan el control dictatorial chino sobre sus creencias y que también conforman un cierto tipo de Genocidio Cristiano.
PARTE IV: GENOCIDIO CRISTIANO CATÓLICO
Artículo 187 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual la dictadura china de Mao Zedong realizó una Revolución Cultural que cerró o destruyó casi la totalidad de las iglesias cristianas, especialmente aquellas del Cristianismo Ortodoxo, cuyos líderes fueron perseguidos y asesinados.
Artículo 188 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual la dictadura china rompió lazos con el Vaticano en 1957 y luego creó la Asociación Patriótica de los Católicos Chinos que es una iglesia cristiana progubernamental y controlada totalmente por el régimen comunista genocida.
Artículo 189 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual la dictadura china atea y materialista determinó que tiene el poder de controlar cómo deben ser las doctrinas religiosas verdaderas; el poder de designar obispos o líderes religiosos cristianos; el poder de perseguir a todos aquellos que considera como partes de una heterodoxia cristiana; el poder de prohibir a las iglesias cristianas hablar sobre la Segunda Venida de Cristo y el Espíritu Santo; el poder de prohibir a las religiones realizar críticas contra el aborto; el poder de prohibir tener lazos con el Vaticano o el Papa; y el poder de arrestar y torturar a los creyentes y practicantes religiosos por el contenido de sus creencias.
Artículo 190 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual la dictadura china ha espiado e infiltrado agentes secretos dentro de grupos cristianos categorizados gubernamentalmente como cultos y también dentro de comunidades católicas independientes, arrestando y esclavizando a sus líderes, prohibiendo a estos grupos cristianos y declarándolos heréticos, como es el caso de Dongfang Shandian (Oriental Lightning) y Lingling Jiao (Spirit church), todo lo cual comenzó desde 1999 bajo el liderazgo genocida del Presidente Jiang Zemin cuya campaña de persecución se inició con un discurso en el que afirmaba que China debe suprimir a los cultos.
Artículo 191 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual la dictadura china ha buscado la completa demolición de la organización evangélica South China Church, secuestrando y torturando a muchos de sus miembros, incluso arrestando a su líder fundador el Pastor Gong Shengliang y condenándolo a muerte, lo cual fue una condena posteriormente anulada y reducida a cadena perpetua debido a la presión internacional ante esta escandalosa persecución religiosa.
Artículo 192 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Papa Juan Pablo II en el año 2000 canonizó a 87 mártires católicos chinos y 33 misioneros extranjeros que fueron asesinados en China entre 1648 y 1930 por ser un ejemplo de valentía y coherencia para todos los cristianos, lo cual generó que la dictadura china considere a la canonización como una provocación y que incluso insulte a estos mártires como imperialistas, violadores, saqueadores, vendedores de opio y culpables de crímenes imperdonables, entre quienes se encontraba la joven Ana Wang de 14 años decapitada por no renunciar a su fe cristiana.
Artículo 193 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el falso obispo Fu Tieshan, líder de la Iglesia Patriótica China progubernamental y controlada por el partido comunista, afirmó que la canonización de los 120 mártires es una ceremonia intolerable.
Artículo 194 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Vaticano denunció la detención arbitraria de 18 obispos y 19 sacerdotes católicos en China, como Monseñor Filippo Pietro Zhao Zhendong, Monseñor Giacomo Lin Xili, el sacerdote Tommaso Zhao Kexiun, Obispo Pietro Feng Xinmado, Obispo Giuseppe Li Liangui, Monseñor Chen Xilu y el Obispo Julius Jia Zhiguo, estos últimos detenidos durante 20 años, secuestrándolos en campos de concentración y sometiéndolos a lavado de cerebro para que se conviertan forzosamente a la Iglesia Patriótica China, todo lo cual ha sido criticado por el Parlamento Europeo solicitando la liberación de todos los cristianos detenidos.
Artículo 195 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual se han realizado decenas de detenciones arbitrarias a sacerdotes cristianos bajo los cargos de evangelizar, participar en una misa de ordenación, dar la unción a un moribundo y asistir a un retiro espiritual, entre los cuales se encuentran los sacerdotes Wang Dingshan, Li Qiang, Liu Wenyuan, Zhang Qingcai, Li Suchuan, Pei Zhenping y Yin Zhengsong.
Artículo 196 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual han existido 6 casos de obispos católicos arrestados ilegalmente y luego desaparecidos forzosamente, como Monseñor Shi Enxiang y Monseñor Su Zhimin, lo cual constituye obviamente un crimen contra la humanidad y un acto de genocidio, siendo un terrible acto de inhumanidad y violación a los derechos humanos ante el cual la comunidad internacional no debe mostrar silencio cómplice.
Artículo 197 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual muchos obispos católicos han muerto cruelmente en prisiones chinas, como son los casos de Monseñor Giuseppe fan Xueyan, Monseñor Giovanni Han Dingxiang y Monseñor Gao Kexian.
Artículo 198 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Partido Comunista Chino se ha posicionado como el Papa de facto de los católicos de China, ejerciendo forzosamente la función de máxima autoridad religiosa de la Iglesia Católica en dicho país.
Artículo 199 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual en 2010 el Papa Benedicto XVI criticó duramente a China por sus discriminaciones y persecuciones contra los católicos quienes tienen limitaciones a su libertad de religión y de consciencia.
Artículo 200 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Vaticano liderado por el Papa Benedicto XVI manifestó que la actitud represiva de China contra el ejercicio de la libertad religiosa, inmiscuyéndose en la vida interna de la Iglesia Católica, no es una demostración de fuerza sino más bien un signo de debilidad y temor.
Artículo 201 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual en el año 2013 la dictadura china removió las cruces de 1500 iglesias cristianas tanto católicas como protestantes, a pesar de lo cual pocos meses después el Papa Francisco manifestó que tiene admiración por China, mostrando indiferencia absoluta por los cientos de sacerdotes católicos perseguidos, secuestrados o detenidos arbitrariamente, torturados, desaparecidos o asesinados por la dictadura china, incluso existiendo obispos que sufrieron esclavitud y lavado de cerebro como fue el caso de Thaddeus Ma Deqin.
Artículo 202 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual en el año 2018 la dictadura china no sólo declaró ilegal que menores de 18 años entren en las iglesias católicas, sino que incluso ridículamente les ordenó a las iglesias cristianas protestantes controladas gubernamentalmente que reemplacen los 10 diez mandamientos del Profeta Moisés con una lista de dichos del Presidente Xi Jinping.
Artículo 203 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Obispo genocida John Fang Xingyao, líder de la Iglesia Católica Patriótica China y recientemente validado por el Papa Francisco, afirmó que los católicos tienen que tener lealtad hacia el Estado Chino por encima de la fe cristiana, incluso afirmando que la Ley Estatal China está por encima de la Ley Canónica Cristiana.
Artículo 204 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual en 2018 el Vaticano ha firmado un acuerdo secreto con la dictadura china para aceptar que este gobierno genocida haga el nombramiento de los obispos católicos, lo cual es un silencio cómplice y un aval implícito por parte del Papa Francisco a la represión china contra todas las religiones, al mismo tiempo que permite que la dictadura china controle de facto a los más altos cargos del Cristianismo, siendo una traición a los millones de católicos de China que han resistido durante décadas frente a un régimen que buscaba exterminarlos, motivo por el cual Su Eminencia Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun afirmó que este acuerdo entre el Vaticano y China es el asesinato de la Iglesia Católica a manos de quienes deberían protegerla y defenderla de los enemigos.
Artículo 205 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun acusó al Vaticano de vender a los católicos chinos al régimen comunista, pues el Papa Francisco pidió tanto la eliminación de la Iglesia Católica China que es independiente del Partido Comunista como también requirió la renuncia de los obispos católicos independientes para que así ocupen su lugar los siete obispos ilegítimos y excomulgados que son controlados por el régimen totalitario de China que es contrario a la libertad pastoral y que exige obediencia al Partido Comunista por encima del Papa e incluso por encima de Cristo.
Artículo 206 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun declaró que el acuerdo entre el Vaticano y China muestra que el Papa Francisco tiene poco respeto por sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes no aceptaron ser cómplices del régimen genocida chino, pues el Papa Francisco ha legitimado a la cismática Asociación Católica Patriótica China que es sumisa y cómplice de violaciones contra la libertad religiosa fundamental, como la destrucción china de iglesias y la quema de biblias denunciada por el gobierno de USA, lo cual es descaradamente malvado, inmoral e incluso una justificación de la apostasía.
Artículo 207 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun criticó el silencio del Papa Francisco ante los abusos de poder y violaciones a los derechos humanos que realiza China en Hong Kong, lo cual es una situación muy grave para los cristianos católicos chinos, criticando también al Cardenal Pietro Parolin Secretario de Estado del Vaticano por no ser un hombre de fe cristiana y por despreciar a los héroes de la fe al terminar una operación de venta de la Iglesia Católica ante un régimen totalitario que nunca negocia sino que te quiere de rodillas.
Artículo 208 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Arzobispo Carlo María Vigano ex nuncio apostólico en los Estados Unidos de América apoyó al Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, definiendo al acuerdo con China como traicionero, caracterizando al Cardenal Parolin como ejecutor de un orden superior malvado, describiendo al Vaticano como un sistema de mentiras y engaño perverso que tiene silencio cómplice del enemigo perseguidor y sanguinario, y revelando que los más altos niveles jerárquicos de la Iglesia Católica se entregaron a la herejía y apostasía por seguir al Príncipe infernal.
Artículo 209 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Arzobispo Sorondo, que es mano derecha del Papa Francisco y director de la Academia Pontificia para las Ciencias del Vaticano, manifestó que el Estado de China es extraordinario y que es el mejor en la implementación de la doctrina social de la Iglesia Católica, afirmando eso a pesar de las masacres y múltiples genocidios realizados por la dictadura china junto con sus violaciones a los derechos humanos que incluyen la realización de 400 millones de abortos forzosos, por lo que las afirmaciones del Arzobispo Sorondo han sido criticadas por Reggie Littlejohn Presidente de Women’s Rights Without Frontiers, quien recordó que la doctrina social católica respeta la vida y dignidad de la persona humana y que esto es violado por China con sus 400 millones de casos de abortos forzosos, sus millones de casos de esterilizaciones forzosas y sus millones de casos de generocidio que son la muerte de millones de bebés sólo por ser mujeres.
Artículo 210 – El Budismo reconoce el Genocidio Católico durante el cual el Papa Francisco se ha rehusado a recibir al Dalai Lama Tenzin Gyatso por el motivo de no enojar a la dictadura china, lo cual constituye un acto discriminativo y totalmente contrario al espíritu de diálogo interreligioso firmado por el Concilio Vaticano II, además manteniendo un silencio cómplice del Genocidio Budista Tibetano realizado por la dictadura china.
PARTE FINAL: CONCLUSIONES
Artículo 211 – La Declaración Universal sobre el Genocidio Budista Tibetano concluye que el patrón genocida realizado en el Tíbet contra los Budistas también se repitió contra otros grupos, como la Comunidad Falun Gong, el Pueblo Islámico Uigur y los Cristianos Católicos, aunque por motivos distintos: en el caso del Genocidio Tibetano la razón fue la anti-religiosidad comunista cuyo ateísmo materialista es contrario a la Espiritualidad Budista; en el caso del Genocidio Falun Gong la razón fue la falta de democracia de la dictadura comunista que era superada en número por los practicantes Falun Gong; en el caso del Genocidio Uigur la razón fue una política étnica monocultural y anti-islámica; y en el caso del Genocidio Católico la razón fue la oposición a la injerencia sobre la sociedad china que podrían realizar líderes occidentales del Vaticano.
Artículo 212 – La Declaración Universal sobre el Genocidio Budista Tibetano concluye que en los cuatro genocidios previamente analizados la dictadura china ha seguido al pie de la letra un manual genocida compuesto por los siguientes patrones en común: secuestro y asesinato de líderes espirituales, destrucción de estatuas y libros sagrados, destrucción o cierre de monasterios, vigilancia, detenciones masivas de practicantes, campos de concentración, torturas, abusos sexuales, abortos forzosos y esterilizaciones masivas, lavado de cerebro, trabajo forzoso, desapariciones forzosas, exterminio, cremación de los cuerpos y evidencias, y trasplantes de órganos.
Artículo 213 – La Declaración Universal sobre el Genocidio Budista Tibetano crea la organización llamada “Confederación de la Civilización Budista Tibetana”, la cual tendrá el Propósito de poner fin al Genocidio Budista Tibetanopor medio de la difusión de la presente declaración, promoviendo la Liberación o Autonomía del Tíbet, y simultáneamentedifundiendo el legado cultural espiritual del Pueblo Budista Tibetano.
Redactor: S.E. Maestro Dzogchen Maitreya Samyaksambuddha, Erudito en Civilización Tibetana y Experto en Estudios sobe Genocidios
22 de Febrero de 2021
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